domingo, 23 de abril de 2023

LA GRANADA DE LAS SENSACIONES, O SEA, LAS MIAS.

 

Durante el acting que tiene lugar tras la escena 6 comprobé que lo estaba dando todo, sí, pero que no estaba al 100%. Me encontraba muy lejos de mis posibilidades y de lo que normalmente suelo dar. 

Esta vez muchas de mis acciones se quedaron arriba en la habitación 103 del Hotel Urban Dreams de Granada, bien guardadas en la mochila,  especialmente las que conllevaban un esfuerzo vocal. Debía cuidarme y eso me hizo hacer lo justo, lo necesario, pero no, como es habitual en mí,  dar de más. 

Esta vez la fiesta la vivieron ellos, los otros, los comensales y mis compañeros, pero yo no. Yo solo ayudé a crear esa fiesta, pero no me sentí parte, más bien fui un observador. 

El sábado 22 de abril del 2023, tenía la cabeza en otra cosa, tenía algo muy valioso que cuidar. 

Como diría Úrsula a Ariel en La Sirenita :" MI VOZ". Bueno, ella decía, tu.

Los excesos vocales del Sábado de Pasión en el traslado del Cautivo y los físicos a lo largo de toda la Semana Santa me hicieron llegar casi afónico al final de esta. Nada que el descanso y el reposo no pudieran solucionar, pero no contaba con las exigencias vocales de mis clases de inglés y que me visitó un pequeño resfriado.

¿Resultado? Pues que todas las noches sobre las 23:30 me entra un picor en la garganta, tos débil, de esa que molesta al oyente, pues ocurre cada vez que vas a a hablar y una afonía de miedo. Esto solo me ocurrió los días posteriores a la Semana de Pasión, pero la preocupación me vino cuando días antes a la actuación, todo esto volvió a aparecer e iba agudizándose por momentos.

Pensé no hablar durante toda la jornada, pero al final no lo hice porque no quise comentar nada para no tener a los jefes preocupados, ni a los compañeros dándome mimitos, sé que lo harían, porque son un encanto, pero nunca me gustó sentirme vulnerable, además si yo mismo me preocupaba en exceso sobre el tema, seguro que me ocurriría lo que temía.

Y fue en ese acting donde me vi realizando una acción que hago voluntariamente para animar a todos y crear conexión chula entre los comensales y de ellos conmigo pero sin voz, o sea gesticulando y haciendo  mímica vocal y pensé: " Alma cándida si no te ven y no les habla para que lo hace, estas perdiendo energía y esto no sirve para nada" y así fue como me perdí uno de los momentos más chulo de la noche y decidí apartarme un poco, pues tenía que intentar, por todos los medios no caer en la tentación.

La verdad que muchas veces estuve muy tentado en pasar de todo y hacer lo que me apetecía, pero menos mal que fui responsable y me retraje. La voz se iba a ir sí o sí, como me ocurría cada noche, así que tenía que llegar a ese momento, con la máxima de voz posible y lo más cuidada que pudiera.

Os haré spoiler y os contaré el final, no me ha fallado la garganta, gracias a Dios,  pero mi voz no ha estado tan limpia, ni tan clara, ni tan potente, como suele serlo. Las 2 escenas más exigente que son las últimas, 9 y 10, pude realizarlas tal y como son, pero no a mi nivel habitual. 

No lo sé, pero pienso que el reservar mi voz, me ha robado la emoción. No he estado en todas las partes a la vez, no me he metido en todo los berenjenales posibles, no he bailado, no he cantado, más bien me he aislado y por ello he visto la noche un poco sistemática, mecánica, sin mucha emoción.

Todo ha ocurrido tal cual estaba planeado y nada a fallado, pero no me he sentido vivo, sino profesional y responsable, pero no vivo y festivo.

He acabado con la sensación de : "Qué guay, todo ok", o sea, muy feliz pero sin esa emoción extrema. 

Pero ya digo ese fue mi reto de la noche y mi sensación, algo totalmente personal.



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