UNA TORTÍCOLIS Y DOS ENSAYOS.

Que duro fue el martes 11 de agosto de 2015, dos ensayos en el mismo día y un dolor enorme de cuello.

 

Debido a una mala postura me levante con una pequeña tortícolis, que se convirtió en un dolor imposible, cuando esperando a que mi compañera Ania nos recogiera,  a Juanma y a mí, me dio por masajearme el cuello.

El lunes tenía lugar algo que ya se está convirtiendo en toda una tradición y es el ensayo del Canovaccio, que un año más representaremos en Ventippo, pero este año, se convirtió en una de esas tradiciones que cuando llegan hay que cumplirlas, pero que  uno no tiene ganas, como por ejemplo, cuando llega la noche de Nochebuena que se celebra todos los años pero nadie quiere y todos van sin muchas ganas, pues, yo, igual.

El viaje se hizo largo porque no aguantaba el cuello. Llegamos al Palo, al lugar de ensayo, pero entre el calor, las prisas y los dolores, aquello se convirtió en todo un calvario. Estuve todo el rato medio mareado, sofocado sin falta de atención, ni concentración, me sentía como un pulpo en un garaje no podía reaccionar, ni responder a lo que decían mis compañeros.

Por si eso fuera poco, este año, mi personaje será nuevo, el de la fotografía, Arlequino. No será ni esa ropa, ni esa mascara, pero si la esencia del personaje, y otra cosa que  tampoco lo será, es  corporalmente.

Juanma me ha pedido un Arlequino, vivo, saltarín, torpe, ágil como una pluma y así de pronto, me pareció algo muy difícil. 

Menos mal que mi amo, Flavius, es nada más y  nada menos que Javier Oliva, uno de los mejores, por no decir, el mejor profesional de Comedia del Arte de Málaga por tanto, si estoy torpe, él sacará todo adelante, además tiene una forma de improvisar y trabajar que aluciné. En resumen me sentí extremadamente torpe.

Hicimos un ensayo de unas dos horas, ensayamos por partes, luego mostramos lo que teníamos y repasamos escenas, por falta de tiempo, nos fuimos y nos hemos reunidos hoy otra vez, martes de feria, y de nuevo tengo la mismas pocas ganas de ensayar.