lunes, 17 de enero de 2022

LA TARDE ROSA EN MARIA CRISTINA.

 

Qué importante es, o al menos para mí, una música o el olor de un personaje para ayudarte a crearlo y sobre todo para volver a meterte en él cuando llevas tiempo sin hacerlo. 

Digo todo esto por lo que me ocurrió la tarde del lunes 17 de enero del 2022 cuando iba de camino al primer ensayo de Los personajes del María Cristina.  Era el primero, in situ y con el promotor presente, ¡¡¡Toma ya!!!

Trabajar en el Conservatorio María Cristina, creo que va a ser un lujo para mí. Si se hace periódicamente como originalmente se ha planteado, será maravilloso pues está a menos de 10 minutos caminando desde mi casa, así que, por fin un trabajo donde no necesito una hora de desplazamiento.

Pues bien, iba muy tranquilo por la calle oyendo por primera vez el tema Ay mamá

Ese mediodía había oído un pequeño fragmento de la canción en tv, me pareció curiosa, de camino al ensayo la busqué por Internet, la encontré, me puse a oírla y me pareció una maravilla. De hecho iba por la calle bailando y oyéndola en bucle. 

De pronto la cambié y puse, Exiliado en el lavabo de Estopa, (canción que usé cuando creé en el 2019 este personaje), sonaron los primeros acordes y pasé de 0 a 100 de Lolo a Joaquín ( mi personaje) de una manera brutal. Mi forma de caminar, de mirar, de moverme, mi ritmo vital cambió y me quedé impresionado. Tanto, que cuando me acercaba a los compis, quité la música pues iban a pensar :" Este viene colocado al ensayo". 

Me acerqué a mi rebelde María José, a la jefa, su tocaya, y al gran jefe Edu. Todos estaban en la puerta del conservatorio, esperando a un compañero y a mí. Ahí la tarde se tiñó de rosa. 

Toda la tarde fue muy dulce, muy flower power, de muy buen rollo, pero sin postureo, de verdad, compañerismo, interés, risas, cultura, lo pasamos muy bien, se trabajó y aprendimos. 

Mi compi llegó, y empezamos. El que no llegó fue el promotor,  no porque nos dejara tirados, sino porque no tenía previsto ir, yo me imaginé que iría. Me relajé, pues no había que demostrar delante de nadie. 

Yo ya me sabía el texto, el personaje más o menos lo tenía, conocía el lugar, así que no había presión ninguna y me dejé llevar por la situación. Quizá por eso fue una tarde tan bonita, porque yo no esperaba mucho más.

Mis vivencias con ese local han sido muchas: Mis  primeras salidas cofrades de "adulto" con mi hermano a ver pregones del Cautivo, o ambos tocando las palmas oyendo la Marcha Radetzky, el orgullo de  ir a esos pregones siendo ya de la Junta del Cautivo con mis padres y luego a cenar, aquel año que me cambiaron mil veces de sitio, la emoción de ver a mi ídolo José María Cano presentando su ópera Luna, gracias a mi hermano que me acompañó y a la suerte de encontrar invitación, la misma que tuve cuando las conseguí para ver la conferencia de Diana Navarro junto a mi madre, los nervios irracionales con los que actué la tarde del estreno de Lluvia Fina o el blanco y negro que me tomé junto a mi madre en su fascinante cafetería. 

Ese lugar no era nuevo para mí, pero sí desconocido y Eduardo hizo que lo conociera al dedillo. Ofreciéndonos un paseo lleno de curiosidades, historias y detalles Edu, no usó un texto escrito, aprendido de memoria y lleno de expresiones retoricas, hablaba de forma coloquial y eso despertó enormemente mi interés. Cada cosa que explicaba me parecía más interesante que la anterior. 

Recuerdo a todo el elenco en la sala principal mirando la pintura del techo, comentando y descubriendo detalles. Fue un gran momento. 

También vi de actuar a mis compañeros. Me divertí mucho con Juanjo, sobre todo porque se hicieron cortes para marcar movimientos y de nuevo más curiosidades y mi María José lo llenó de ternura. Sonaba precioso.

Cuando me tocó a mí, me dejé llevar. En un principio me noté perdido pues no había calentado previamente, pero fui metiéndome, poco a poco, y acabé muy alto. Muy cerca del tono que quería alcanzar.  De hecho  improvisé movimientos y posiciones, mientras actuaba, que realmente me gustaron.  

Salí tremendamente ilusionado, con unas cosquillitas en el estomago muy grandes y con muchas ganas de que el proyecto se pusiera en marcha. Además mis compis no paraban de felicitarme.  Solo nos quedaban 14 días para el estreno, 7 para el siguiente ensayo y 0 días para estar muy contento con el inicio del 2022.

Para colmo antes de irnos nos regalaron unos dulcecitos riquísimo, así que hasta nos fuimos merendados.







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