Voy con ganas de reencontrarme con Simón, pero... tampoco
tengo muchas ganas, tengo la sensación de que va a ser algo difícil.
Es domingo, 26 de noviembre del 2017 y voy camino al ensayo
de Lluvia fina, a ver cómo nos sale.
Hoy voy con mis tareas hechas, ya que, he repasado el texto, traigo parte del atrezo y para ensayar más cómodo llevo, también, parte del vestuario.
He cogido la línea número 15 de la EMT y me acompañan dos señoras que van al rastro y
comentan todo lo que ven por las ventanas del autobús, eso me ayuda porque el
trayecto de la línea 15 es larguísimo y quiero tener la cabeza ocupada.
Ahora hay más personas en el bus, pero cuando me he montado, a las 10:47, estábamos,
solamente, una señora que olía a Male
de Jean Paul Gaultier, mi colonia de juventud y fiestas, me ha transportado a
mis años mozos y un señor que nada más subir me ha obsequiado con el himno del
Málaga.
Se bajaron las señoras, voy a concentrarme para el ensayo.
Voy raro...
Llegué más que puntual a mi cita en La Térmica. Llegué
sobre las 11:14 y esperé a mis compañeros, estuve todo el rato hablando por
Whatsapp con Gloria y pensando en cosas, repito, quería tener la cabeza distraída.
Mis compañeros entraron, también, muy puntuales a las 11:30,
justos, a La Térmica, estos eran Fernando, Pepa y Adri.
Nos saludamos, esperamos que Pepa comprara agua y nos
subimos a ensayar.
El azar, la fortuna o no sé qué, hizo que nos dieran la sala
El Burgos, para ensayar, no nos dieron la que nos solían dar. ¿Fue el azar?, da
igual, pero menos mal porque eso nos ayudó a no recordar demasiado.
Pero era imposible no recordar, se sentía la soledad, se
palpaba que Nacho no estaba, yo no podía parar de ver imágenes suyas a mi mente
venían mil y una imágenes de él, sonriendo, andando por aquellos pasillos, explicándonos
cosas...
Éramos cuatro personas, cuatro actores, con una carrera ya
muy dilatada, tanto Pepa como yo, hemos hecho ya mucho teatro, Fernando es un
profesional nacionalmente reconocido y Adri es la que lleva menos, pero tiene
una madera que te mueres, pero ayer, parecíamos cuatro principiantes, estábamos
inseguros, con miedo, en una palabra solos. Nosotros sabemos hacer ese trabajo
solos, no es tan complicado, ya digo, tenemos experiencia, pero ayer, estábamos
solos, por una soledad impuesta y no queríamos hacerlo, nos faltaba un puntal y
ya digo todo salió muy bien, pero estábamos como perdidos, como asustados.
Fernando tomó las riendas como director, pero sus
indicaciones eran tímidas y de nuevo con algo de miedo, como pidiendo nuestro
consentimiento antes de hacerlas y todo era porque no estábamos a gusto allí.
Recuerdo el sol y el cielo azul. Desde la habitación que nos
dieron, muy larga pero muy estrecha, entraba mucho sol, tenía unos ventanales enormes,
desde donde se veía el mar y mucho cielo, mucho cielo azul, pero ese azul del
mar y del cielo de Málaga de invierno, que es precioso y repito mucho sol. Mucho
sol que nos entraba por esas ventanas y nos daba en la cara, era algo tan bello
que nos venía de fuera, para darnos ánimos y ganas de seguir. ¿De dónde venía
tanta luz? pues yo que sé. Ayer allí no fui consciente de eso, pero hoy el
recuerdo que me viene a la cabeza es ese, esa luz, ese calor y esas bellas
vistas.
Y dentro los cuatro pajarillos solos, trabajando, pero
solos, muy solos, muy vulnerables, con mucho frio. Lo más feo era mirar que
actuabas para una pared, que frente a ti, no había, nadie mirándote, nadie
sentado atusándose el pelo y pendiente del tiempo, del ritmo y de nosotros.
Ayer estuvimos huérfanos, solo teníamos enfrente la pared y esa luz que nos
daba calor y energía.
Hoy haremos un nuevo ensayo, donde Fernando nos pidió que,
ya, lo hiciéramos, con energía y ritmo normal.
Ayer teníamos previsto ensayar hasta las 13:30 y salimos a
las 13:25, o sea, que fuimos unos currantes. Fernando traía muy bien organizado
todo y todos cumplimos como titanes: primer pase, solo de texto, segundo con
movimientos pero sin energía y al final
un pase completo.
Si debo decir que el pase completo no dio tiempo. Yo empecé
muy rápido el pase con movimientos, pero luego fuimos ralentizando los textos y
lo hicimos casi normal. Si repetimos la escena final.
Hemos superado esa prueba de fuego, pero como ayer dijeron
en tu homenaje Nacho ya no se llora más ya a trabajar como a ti te gustaba, así
que, en el ensayo de hoy a darlo todo, a hacer la comedia muy cómica y con
mucho ritmo, como ayer me pidió Fernando
y a hacer fotos, que ayer fue un ensayo muy íntimo y muy nuestro como para
hacer fotos, pero hoy vamos a por todas.
Nacho se te quiere.
Dificil entrada.
ResponderEliminarMuchos animos y abrazos y besos.