viernes, 24 de agosto de 2018

ACOSTUBRANDOME A LAS HISTORIAS INFANTILES JAMÁS CONTADAS.


Cuando las personas me preguntan por las actuaciones del Botánico, siempre les digo:"  Los miércoles son para adultos y los jueves para niños". Pues bien, parece que mi frase se ha convertido en el eslogan oficial del jardín y se está publicitando por todas partes, porque  cada vez vienen más niños los jueves.

Y este jueves, 23 de agosto de 2018, no fue para menos, hicimos dos pases de La historia jamás contada y ambos estuvieron plagados de niños, por lo que se ve esta pieza se ha convertido en una pieza infantil.

Y como dice el rico refranero español :" Si no puedes con tu enemigo únete a él" y eso está haciendo Jorge Loring. Este se ha relajado y se ha dedicado a disfrutar de lo que los pases infantiles le ofrecen, a veces está muy integrado a veces menos, depende del porcentaje de adultos, pero ya da igual, ya no me siento frustrado por los niños, sino que me dejo llevar y disfrutar lo que puedo.  Incluso hoy a veces, sin perder su esencia, intenté acercarlo a los niños.

Quitando eso, fueron pases muy normales. Todo salió tal como debía salir, sin grandes estridencias ni  para bueno, ni para malo.

Y ahora os dejo aquí las dos crónicas post- pases:



1.- NIÑOS, EDUCACIÓN Y BUEN ROLLO:

La noche empezó con niños, de nuevo Vanesa me llamaba acompañada por las voces de mil niños y me dije ": Esta vez los incorporo" pero no hizo falta porque gritaron una vez y luego, menos mal, se callaron. Mi principio desde el balcón fue muy bien, pero como Vanesa no responde a mis comentarios,  en vez de  un diálogo fue un pequeño monólogo gritado y no me gustó, estuvo bien pero no me gustó.

Al bajar y empezar  mi escena de tú a tú con Vanesa todo fue muy bien. La gente reía mucho, era un grupo que estaba muy entregado. Estaban al cien por cien, todo lo reían y lo comentaban, pero de buen rollo. Como había muchos niños intenté incorporarlos en mi acción con Vanesa pero nada, no entraron al juego.

Mi primera broma, basada  en la vista, funcionó super bien y el final con Vanesa también. Todo iba fluyendo muy bien, pese que al principio auguraba otro pase infantil  la actuación fue creciendo para bien.

Durante el discurso no hubo, ni aplausos, ni "olé" espontáneos. Solo hubo un amago, que yo incité a que creciera. Despúes hubo un segundo aplauso, pero este no vale, porque lo inició la madre de Steven. Yo estaba raro, sabía a los niños el discurso no les gustaba, pero como eran muy educados, no lo demostraron y por ello me vine arriba y lo entoné muy bien. No miré mucho a los ojos por si veía aburrimiento en las personas y me venía abajo pero para nada todo ok.


La primera broma encantó y animó mucho. La chica que elegí para que me acompañara estaba un poco cortada al principio pero al final estuvo genial.

Cuando llegamos al salón y conté mi problema, noté comprensión, caras guays, risas y empatía. Tras el clímax, risas, comentarios y apoyo. Hasta una mujer se puso a consolarme y me encantó. La madre de  Steven, que venía en el pase, me puso caritas cuando critiqué al personaje de su hijo, le respondí, quería decirle más, pero no me salía nada politicamente correcto. 

Al salir ella me aplaudió. Con el hada, los niños alucinaron y Jorge tambien porque lo vi más loco y divertido que nunca.

Mi final fue aplaudido, supongo que por la madre de Steven, pero yo acabé tumbado y oyendo aplausos, asi que feliz.



2.- ¿CABEN MÁS NIÑOS?:



" Creo que no, si llegan a meter a un niño más en la Casa-palacio me tengo que salir yo y esto es casi literal, porque cuando bajé y Vanesa abrió la puerta para que yo entrara, a mi recepción con el público, los 9 o 10 niños que habían, quisieron entrar y como no los dejamos, se amontonaron en la puerta y no me dejaban salir, no me dejaron espacio y los tuve que apartar para poder salir.


Después cuando empezamos la escena, entre Vanesa y yo, aquello fue un poco agobiante porque no teniamos espacio material para movernos, los niños nos rodeaban, nos tocaban o se metían en la conversación. La canción, de esa parte, salió perfecta, porque todos la cantaron y sonó preciosa, al final hubo aplauso motivado por mí. Cuando llegó el momento de despedir a Vanesa, una niña se le abrazó y no la dejaba ir y cuando se marchó, otra ocupó su lugar junto a mí y mi atril... ¡ En serio! ¡Iba actuar escoltado por alguien del público!.

Intenté meter a los pequeños en la acción que hago junto a Vanesa, de hecho los metí, les hablé, ellos rieron y a una pequeña le dije que me sostuviera el libro, pero cuando empezó el pregón y una niña me tocó el libro u otra empezó a jugar con mi atril, les corté el juego.

El discurso estuvo bien, pues todas las bromas eran bien recibida y festejadas, por cierto, no hubo "olé" generalizado, pero si había una muchacha que decía " olé"  muy bajito y yo la animaba, entonces ya todos lo decían y empezaban a aplaudir.

La broma tras el discurso también gustó e improvisé una para un primo de Steven que vino a vernos y que me cae genial y creo que le encantó.

Tras eso pasamos al salón y conté mi problema, esas bromas son ya para mayores, así que, ahí hablé directamente a los adultos dejando a los niños a un lado, miré, toqué, hablé y tuve una respuesta maravillosa de todos. Conté bien el problema, auque había una niña cruzando constantemente mi zona de actuación y cuando llegué al clímax noté que no fue muy natural, fue forzado pero el publico me lo aplaudió.

Salimos al jardín y noté algo raro, no sabía que era, hasta que descubrí que la finca estaba a oscura, improvisé una frase para destacar eso y actuamos Úrsula y yo, pero noté, supongo que debido a la oscuridad, que lo hizo muy rápido, era normal no se veía, literalmente, nada.

Acabé recibiendo aplausos y niños que se despedían de mí. Lo dicho no fueron las mejores condiciones pero, las aproveché cuanto pude.







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