jueves, 23 de agosto de 2018

VERDADEROS PASEOS CON AMIGOS.


Hoy miércoles 22 de agosto de 2018, todo auguraba un día raro: ya se nota que el verano se va acabando y por tanto, el jardín va perdiendo su fuerza y su energía chula, además a mi el otoño me chupa la fuerza, la ropa de Rafael ya nota el paso del verano, está más arrugada, menos cuidada y más manchada, el maquillaje lo hice a prisa y no me quedó nada bien y sobre todo  me comenzaba a doler el pie que me tuvo, el final de junio, en reposo y si a todo eso le sumamos que me pasé todo el previo, pero vamos hasta media hora antes de comenzar, hablando de cosas totalmente ajenas al teatro que me hicieron desconectar aun más del jardín, con todo esto  cuando llegó el momento de subir,   vestido, al Mirador, estaba en todo menos en lo que debía estar, que era mi actuación.


Pero para que veáis lo maravilloso que es el teatro, cuando iba caminando, junto a Steven hacia la calle, le comentaba que no sabía si los dos pases les había venido mejor al público, que habían pasado un buen rato, o a mí, puesto que me había servido de desconexión total, había habido un antes de la función con mis problemas y asuntos personales y un después donde la mente estaba limpia, serena y renovada para enfrentar nuevos asuntos. La función de hoy me ha servido como una sesión de spa u horas de yoga y meditación. Así de bello es el teatro.

Dos pases se han hecho hoy y estas son sus crónicaa post-pase:





1.- UN PASEO:





Lo que Rafael acaba de hacer, ha sido dar un paseo. ¡Qué bien me lo he pasado! ¡ Qué tranquilidad y qué relax durante toda la actuación!. No he calentado nada y como siempre digo, lo mejor es no calentar a Don Rafael, porque cuando lo caliento pierde fuelle.

El ambiente estaba muy tranquilo, muy relajado.  Eran un grupo muy lento, que caminaba muy abierto. No eran personas mayores, pero si de una cierta edad y muy, muy, muy educados, personas de una clase social media/ alta y han sido muy elegantes y muy correctos, pero muy juguetones y eso ha hecho que durante todo el camino, Don Rafael no pare de hablar. Ha estado hablando desde que ha empezado hasta que ha acabado, casi sin parar, es verdad, que quizá se me ha notado mucho la diferencia entre el texto  prefijado y  cuando improvisaba, pero ha ido tan bien que da igual.

Rafael ha estado en esencia, ha sido natural, ha sacado sus borderías, sus chistes, su encanto, su gracia, o sea, todo, y todo ha sido genial. No se han oído  carcajadas pero el  buen rollo y la sonrisa han gobernado el pase.

Había un señor con su niño, al que Steven le  dicho que trabajaba de jardinero. Yo durante todo el camino llamaba al niño así. Su padre me ha querido picar, puesto que hacía bromas desde el principio, pero yo lo he sabido torear. Al final he hecho que se lo pase genial, pero tanto que al acabar me ha dado las gracias y la enhorabuena porque me ha tirado mucho y siempre he salido, o borde o gracioso, pero sí muy elegantemente de sus embestidas. Especialmente se llevó un corte durante el Paseo de las Palmeras, no le gustó, pero le hizo gracia porque me respondió riendo:" No me toques la ingle".

Empecé actuando para tres o cuatro personas, me presenté y al rato llegó Steven con el resto. La escena entre ambos, genial, cada vez mejor, más viva y más real.  Hemos improvisado de lo lindo y porque Steven me cortó pero yo deseaba más, mucho más. Entre los invitados iba un cofrade muy importante, al que vi muy serio durante toda la velada. 
El acento vasco ha estado súper bien. Después de irse Steven he contado todo el texto que tenía que contar, hemos estado un rato arriba, creo que ha sido demasiado tiempo, pero daba igual porque yo me lo estaba pasando genial.

Durante la bajada iba callado hasta que me he encontrado a tres chicas y he ido todo el camino hablando con ellas. 

El grupo ha ido muy separado, durante el Paseo de las Palmeras, he contado todo lo que debía contar, pero sé que ha habido personas que no me han oído pero  no podía esperar el ritmo de los últimos, así que, con los que iba he ido paseando y comentando y el padre del niño " jardinero" me ha dado mucho juego y nos hemos reído todos

Al llegar a la foto se han parado y he vuelto a agruparlos a todos. En el museo he ido más rápido y me ha parecido curioso porque no sabía si hacer la broma del banco de los secretos, porque iban lentos, pero la he hecho y ha sido muy rápida menos mal.

El pase ha sido genial, lleno de preguntas, interactuación, respuestas, salidas de tono de Don Rafael, caras de felicidad, todo esto ha hecho que el público se divierta, que todo esté vivo y sea real. He sentido de nuevo dentro de mí a Don Rafael. ¡¡Gracias!!  



2.- OTRO PASEO PERO MÁS ACTUADO:



"De nuevo he salido muy orgulloso del jardín. Mientras iba cargado con el vestuario, el atrezo, vestido con mi ropa deportiva, pero aún con la cara maquillada y pasaba por el camino hacia el museo, totalmente oscuro y vacío, recordaba como hacía cinco minutos ese lugar estaba lleno de vida, buen rollo, alegría, luz, personas y ese señor de gris, llamado Don Rafael, en medio, siendo el centro de atención, viviendo de verdad y generando esa energía y ese buen rollo. Una vez más,  no he actuado, sino que he prestado mi voz y mi cuerpo a ese señor y eso me hizo y me hace muy feliz.

Este pase ha sido otro paseo, quizá un poco más soso que el anterior, porque el público jugaba menos, pero ha vuelto a ser muy agradable. 

Steven llegó pronto con el grupo, de modo que no tuve casi tiempo de hacer mi presentación cuando ya estaba, este, buscándome. El grupo se ha colocado muy bien, puesto que no nos han rodeado, sino que se han puesto frente a nosotros , ha sido un teatro a la italiana en toda regla. Nos hemos puesto a improvisar y hemos hecho una especie de "introducción/ discusión" estupenda  y porque Steven recondujo el tema, que por mí, todavía estoy allí. La escena, entre los dos, fue estupenda, llena de vida y de juego, aunque debido a la posición del grupo me sentía menos real y más actuado. Quizá el acento de Rafael no estaba muy controlado, pero él estaba tan vivo y tan real que me despreocupé del acento y lo dejé vivir y claro que vivió fue el amo del jardín. Como digo la escena con Steven genial.

Al irse, hice mi primer monólogo y claro al tener a todo el público acoplado frente a mí, lo noté frío y pensé que la información no llegaría clara a todos; así que empecé a hablar metiéndome entre ellos,  mirándoles a los ojos, hablándoles de tú a tú y ya se enamoraron todos de Don Rafael. Jugamos un rato en el mirador, que para eso era el último pase, no había prisa y yo quería disfrutar y hacer disfrutar.De hecho jugué con un grupo de niñas y a una le pregunté que, qué era la arqueología, porque me dijo que le gustaba y no sabía lo que era. 

Durante la bajaba, fuimos sin prisa y de buen rollo. Invité a un niño a que viniera a mi casa a bañarse en mi piscina y me dijo el padre que también venía, este hombre fue muy simpático, porque  luego salió en el banco de los secretos y pude jugar mucho con él. Cuando le dije que si venía a bañarse también se invitó su sobrina y otro adulto y dije que ya pasaba de invitarlos y reían.

La bajada se me hizo muy corta, porque iban un grupo de chicas solas, era el cumple de una y la bajada la hicimos cantándole "Cumpleaños feliz". Eran muy divertidos porque si yo iniciaba una conversación con alguien, iba invitando a los demás y todos participaban. 

En el Paseo de las Palmeras conté el resto del texto pero con el orden que quise, improvosando, mirando a los ojos y comentando. He de confesar que se me hizo corto. 

Al llegar a las fotos, de nuevo, se pararon y yo pude bromear, además las bromas fueron muy comentadas y seguidas por el público. Me pasé allí un rato con ellos, pero creo que era porque yo no queria irme. 

Acabamos en el museo, donde mi broma final no causó polémica, porque eran demasiado apañados y colegas de Rafael, como para llevarles la contraria. Tras el banco de los secretos, despedida, aplausos y personas con caras de felicidad y con ilusión porque les diera la mano.

Mientras volvía para cambiarme, no salí corriendo, sino que estuve andando un rato como Don Rafael porque no quería dejarlo.





1 comentario:

  1. El teatro sera bello para el que lo hace, porque para el que lo ve es un suplicio.

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