domingo, 20 de octubre de 2019

CONECTANDO DENTRO DEL "LABERINTO".


En la mañana de hoy, sábado 19 de octubre del 2019, hemos vuelto a reunirnos; Paco Cabrera, Javi Domínguez y un servidor para volver a introducirnos en nuestro Laberinto. Más que un ensayo, hoy, hemos tenido una nueva y dura sesión de montaje de la pieza. Aunque han sido dos hora y media de trabajo sin descanso, lo más importante, lo más destacable de la sesión, ha sido que Javi me ha recogido, con su coche, en la retonda del Continente Rosaleda, y nos hemos ido juntos a currar. Ese hecho, para mí, ha sido la pieza clave o esencial del día. 

Y ustedes pensaréis: "Pues vaya porquería de sesión de trabajo debe haber tenido como para que ese viaje en coche sea lo más destacable". pero cuando os explique el por qué lo entenderéis y me daréis la razón.

Esta pieza es muy de sentimientos,  al menos a mí, me remueve mucho las entrañas y el hecho de que todos los sábados, tres casi desconocidos, nos veamos en la puerta del Centro Cultural de Torremolinos, entremos, trabajemos, salgamos, nos despidamos y ya no nos volvamos a ver hasta el próximo sábado, no ayuda mucho a la pieza, pero en cambio hoy, al ir con Javi en el coche, hemos hablado y he conocido más cosas de él. Por ejemplo; qué tipo de música oye, como es su día a día, algunas de sus aficiones y él también las ha conocido de mí.

No sé  si eso a Javi le ha servido para algo, pero yo he sentido que se ha creado una pequeña unión con él, y ese mínimo lazo de intimidad, generado durante el camino, después se ha traducido en escena en una muy buena conexión entre ambos. Ya no trabajo con un desconocido, había algo más entre nosotros. Partíamos con algo que  se llevaba trabajando desde hacía casi media hora y creo que eso ha sido muy positivo, al menos para mí y para una pieza como esta. Creo que es esencial que exista esa relación previa y no empezar desde cero. Ese viaje a creado una atmósfera entre los dos muy positiva para el trabajo posterior.

Y además, tras una pequeña charla de Paco, llegó el momento de comenzar, Javi y yo estábamos, ya, en el escenario y Paco nos ha hecho algunos ejercidos de concentración y calentamientos de voz. Así que, entre la relación previa y los ejercicios preparatorios hemos comenzado la sesión no a un nivel 0, como siempre, sino casi a un nivel 7, por tanto, ha sido muy fácil enganchar y todo ha ido mucho más fluido y real. Siempre digo, al menos es mi parecer.

Hemos montado 10 páginas más y claro, para afianzar y asegurar algunos movimientos, estos se han repetido en varias ocasiones, y sin parar, por tanto, ha sido un trabajo agotador. Entre que hemos trabajado a hierro y que la semana que ha sido larga, debo confesar que en algunos momentos miraba de reojo a un reloj que hay fuera del teatro, ya que como trabajamos con la puerta de la sala abierta, desde el escenario se ve, pues le echaba de vez en cuando un ojo para comprobar como iba avanzando el tiempo.

Aunque todavía no se está trabajando entonaciones, ni matices, muchas veces a parte de repetir para afianzar los movimientos, lo hacíamos para cambiar o mejorar entonaciones. De nuevo otra confesión, durante esta semana no he tenido tiempo para repasar el texto,  ni mucho menos para avanzar estudiando, por tanto,  para no estar muy torpe, he tenido todo el ensayo el texto en la mano. Solo lo solté una vez para acompañar una intervención. Hice unos gestos sugeridos por Paco, y al acabar me dijo que lo había llenado de vida. Hoy veía a Paco muy contento con nosotros, como muy satisfecho con nuestra labor. Parece que la semana pasada fue la del agobio y esta la de los piropos, pues en ambos proyectos nos han caído bastantes.

Después de terminar de montar, se ha hecho un repaso completo  de lo que llevamos montado de la segunda parte de la pieza. Al acabar, Paco a iniciado unos aplausos lentos y secos que han ido en aumento, fruto de su emoción. Eso quiere decir que todo va en marcha y que vamos por buen camino. Nos comentó que su obra era plana y que nosotros la  estábamos llenándo de volúmenes.

Hoy, la verdad, que he salido muy satisfecho, con la sensación de haber dado la talla. He hecho algunas aportaciones,  he notado más énfasis en algunas frase, más cambios de registros, menos mono-entonación en las intervenciones, hubo partes donde noté, mi frialdad, otras más emoción, otras más union, otras más desapego, no sé más de lo que el texto pedía. Hay una parte de la pieza que me toca mucho personalmente y hoy he estado casi todo el rato con el nudo en el estómago.

Y esto es solo un esbozo, una pequeña aproximación al final, aún nos queda mucho: soltar los textos, hacerlos nuestros, llenarlos de gestos, de miradas, de silencios… Queda mucho por hacer pero creo que vamos por muy buen camino.













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