lunes, 7 de octubre de 2019

ENTRANDO EN EL "LABERINTO POR LA PUERTA GRANDE.


La última vez que escribí de Laberinto, fue cuando os presenté el proyecto, y os dije que este había nacido en un rinconcito pequeño, íntimo, discreto y sencillo de la cafetería Calle Bruselas. En dicha entrada deseé que eso fuera lo único pequeño que tuviera esta pieza y que a partir de ahí, todo fuera muy grande, y así ha sido.

El primer ensayo, nuestro primer día de trabajo activo, ha tenido lugar hoy, sábado 5 de octubre del 2019 y nada más y nada menos que en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso de Torremolinos en un escenario enorme, con una madera perfecta, frente a un inmenso patio de butaca de dos plantas, completamente vacío y  con unos focos sobre nuestra cabeza, o sea, de una manera maravillosa. Uno que está acostumbrado a ensayar en casas, locales o incluso parqués, ensayar teatro, en un teatro, es un lujo que casi nunca está a mi alcance. Así que Laberinto ha empezado por todo lo alto. Por lo que se ve mi deseo se está cumpliendo.

En realidad fuimos unos valientes, puesto que nos hemos adentrado en el Laberinto a pecho descubierto, no llevábamos ni cuerdas, ni brújulas, ni botiquín, ni mapa, ni nada, nuestras únicas armas eran unos bolígrafos, tres libretos y nuestras ganas de trabajar. Eso sí, hemos entrado unos “minutejos” más tarde de lo programado, sobre todo porque yo tomé el tren más tarde de lo previsto en un principio y porque Javi tuvo problemas para entrar con su coche, pero como le dijo Paco, director y único puntual de la aventura, al guardián del Laberinto: “Ya se sabe los divos siempre llegan tarde”.


De las 36 páginas que consta la pieza, hemos montado 11. Se han marcado los movimientos y gestos de los personajes en ellas. Algunos se han repetidos varias veces para confirmarlos o naturalizarlos y de vez en cuando volvíamos al principio de la misma para asegurar lo que llevábamos, pero sobre todo repetíamos por indicaciones que nos hacía Paco sobre nuestra forma de decir el texto y todas muy acertadas.

Por último, nos dijo de hacer la pieza desde el inicio hasta lo que habíamos montado, pero sin parar. Al acabar nos hizo recoger y marcharnos. Me pareció raro, era temprano, si se dijo de ensayar hasta las 14:00 por qué nos íbamos ya, se lo hice saber y me informó que eran las 13:45, o sea, habían pasado las dos horas previstas de ensayo y no lo había ni notado. Eso es que se está bien. ¿No?.

Me ha encantado trabajar con Javi, aunque la mayoría del tiempo hemos tenido el texto en la mano e íbamos leyendo, sus pocas miradas han sido impresionante, sabe decir mucho con los ojos. Cuando no tengamos los libretos en la mano, jugar con las miradas  va a ser muy gratificante. Con Paco ha sido un placer y creo que se ha ido contento con nosotros, de hecho ha aplaudido dos veces a Javi y al acabar nos ha vuelto a aplaudir y nos ha dicho en broma: “Esto lo estrenamos en dos semanas”. Haciendo referencia a que estaba contento con nuestro trabajo.

Es que se nota cuando se trabaja con profesionales. El director, Paco,  traía toda su tarea sobre movimientos y gestos muy definida y clara. Sabía qué buscaba de nosotros en cada momento y nosotros sabíamos materializarlo y dárselo, esto ocurre porque somos personas preparadas. También es cierto, que los movimientos son muy limpios y en líneas rectas, por tanto fáciles de pillar.

Y ahora en cuanto a mí. Cómo me he sentido.

Objetivamente os diré que he tenido pocas indicaciones sobre mi trabajo.

Una vez me pidió más proyección, otra que me adelantara a proscenio, pues no quería las escenas muy lejanas al público y la tercera que respetara los puntos y las comas, ya que cada punto y cada coma es un cambio de idea y hay que decir las frases de modo diferente. Eso fue algo en lo que también puso mucho énfasis el pasado miércoles, el director de Proyecto Victoria. Ambos tienen razón, esto no es una lección del cole, sino un texto y para darle vida hay que llenarlo de matices.

Como me sabía todo el texto que trabajamos, lo iba diciendo muy de memoria, como cuando lo repaso y claro estaba muerto. Por ello, durante todo el ensayo intenté matizar y claro como era totalmente improvisado me sonaba falso y no estaba en lo que decía, sino en cómo. Gran error, pero no me preocupa, era el primer ensayo.

Las primeras indicaciones sobre proyección, sobre decir el texto lento y masticado, sobre el contacto con el público y sobre la lejanía entre los actores, me hizo pensar que Paco busca realizar un teatro más clásico y eso me hizo sentir un poco encorsetado y cortado.  Durante toda la jornada mantuve dichas directrices, con mucho esfuerzo, también lo digo. Pero casi al final, Javi comenzó a naturalizar y fueron en esos momentos cuando este se ganó los aplausos de Paco, así que pienso que busca un texto real y mi primera impresión no fue cierta. Cosa que me alegró. De hecho él siempre me dijo en las citas previas que le gustaba el teatro realista. 

En resumen, me sentí muy bien pero ya digo un poco inseguro. Los tres somos nuevos e íbamos como de puntillas, nos queda cogernos el punto y que todo fluya. Hoy me sentí forzado.



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