martes, 31 de diciembre de 2019

ESPERANDO Y UN POCO ACTUANDO CON EL QUIJOTE.


Empiezo esta entrada como acabé la anterior, eran las 11:45 del sábado 30 de noviembre del 2019, estábamos en Alhaurin de la Torre, Ana estaba en la placita que hay frente a la puerta del Museo Andaluz de la Educación que se estrenaba ese día y yo en el interior del bus de Teatro Bus, escondido.

Inventé que Ana saliera como Sanchica buscando al señor de su padre, Don Quijote, y que  luego, como a los tres minutos, Don Quijote hiciera su aparición sumergido en su locura tal cual lo hace en la pieza Viajando con Don Quijote, después nos presentaríamos y ya empezaríamos a interactuar con el público. 

Y así tal cual se hizo. Yo llegué, desperté la atención del publico aunque no tanto su interés, pero después empezamos a interactuar por grupos de personas y la cosa fue mucho mejor, hubo juegos y comentarios como el de la señora que me dijo que era Cervantes, las veces que luché contra objetos y la gente ayudaba a Sanchica a que parara, o el hombre mayor que decía que me conocía de hacía mucho tiempo, fue muy curioso porque entre el público estaba mi profesor de Física y Química del instituto al que por cierto y sin salirme del personaje, se lo hice saber pero él no se acordaba mucho de mi.

Fueron llegando las personas de sonido, empezaron a montar el sonido, a hacer pruebas, llegaron las autoridades que iban a hablar en el acto, o sea, la parte seria comenzaba, eran cerca de las 12:00 y le pedí a Ana que nos retiráramos para dejar paso a los 20 minutos de los discursos. 

Nos fuimos al bus, Antonio se vino con nosotros y con una persona más a la que le enseñamos el bus. Al irse este, yo le pregunté al jefe que  si estaba contento y me dijo que sí. Este se fue y nos quedamos Ana y yo descansando y esperando los 20 minutos. 

Hago  hincapié en el tiempo, tanto en esta entrada como en la anterior porque al final como decía Fernán Gómez, nos pagaron por esperar.

Después del alcalde, habló no sé quien, luego tampoco se quien y luego otro y otro y otro, la cuestión que cuando retomamos la animación eran las 13:00 y a las y 45 nos íbamos. El descanso de 20 minutos pasó a ser de 60.

Durante todo ese rato Ana y yo, bromeamos, charlamos, nos sentamos en el interior del bus, fuera en sus escalones, hablamos con el chofer de alguien de diputación, le mostramos el bus y hablamos de las ventajas e inconvenientes de su trabajo y del nuestro, reímos con todos vecinos que pasaban por allí y nos preguntaban o comentaban algo y también pasó un perro muy cerca de mí que me dio un poquito de miedito.

A las 13:00 retomamos, repetimos la presentación. En este tramo de la animación había muchos niños así que la animación estuvo dedicada a ellos, juegos, representación de trozos de la pieza, charlas, luchas, fotos y yo para que fuéramos más visibles de vez en cuando me escapaba para hacerme ver entre los adultos, Ana se hizo muy amiga de una niña que al principio nos tenía miedo, etc.

Cada vez había menos personas en la plaza y más en el museo e intentamos entrar y lo hicimos. Allí dentro me nombraron caballero según idea de Ana y fue un éxito, dimos vueltas por el museo, mostramos mucho interés a una parte del mismo dedicada a Don Quijote, cosa que gustó mucho a la gente, una de las que mandaba allí se puso muy contenta al vernos y cuando llevábamos un rato se me acerca Ana y me dice muy bajito:  “Son la 13:30 y debemos de irnos, ha venido un chófer y me ha dicho que debemos irnos ya, que lo ha dicho el jefe”. Pues donde manda patrón no manda marinero, nos despedimos y nos fuimos.

Por lo que se ve, el chófer que tenía que llevarnos a la nave, tenía otro servicio y por eso salimos un cuarto de hora antes. Lo malo es que no nos podía alargar a Málaga, pero como los chóferes de allí son todos muy apañados, habló con su compañero que traía el autobús de línea de Alhaurín a Málaga. Este salía a las 14:45 y nos espero 2 minutillos  en la parada a que llegáramos, o sea, el hombre estaba a punto de salir, pero este le dijo que no saliera y nos esperó, con lo cual fue como una película de acción, el autobús de Olmedo estaba parado en la parada de autobús llego el rojo del teatro, puso justo detrás, abrieron las puertas, salimos Ana y yo con nuestras maletas y  corriendo nos montamos en el de línea y nos largamos a Málaga. 

Por cierto, que el viaje se me hizo enorme mucha gente, mucho calor y un trayecto nuevo  muy raro, eso sí, llegamos a tiempo para tomarnos un aperitivo y unas patatas fritas y celebrar nuestro triunfo, por cierto, por la noche volvimos a encontrar Ana y yo para ver Aladín en casa con Javi Zumaquero. 

Por tanto lo dicho antes la animación de  100 minutos de actuación y 20 descanso, acabó siendo una actuación de 45 minutos y un descanso 60.



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