lunes, 30 de diciembre de 2019

OTRA VEZ A GRANADA, KMS Y CAMBIOS.


Si el viernes 22 de noviembre del 2019 salía de nuestro Laberinto y no tenía ninguna información sobre el viaje a Granada del día siguiente, la noche fue igual y el sábado 23 me levanté y estaba en iguales condiciones y como soy tan cuadriculado y previsor, no saber que voy a hacer me pone de los nervios, así que decidí seguir mi vida y no pensar en  eso.

Por tanto me levante sobre las 10 y al no tener noticias, preparé todo y me fui al gimnasio, cuando volví seguía igual, así que organicé todo el vestuario, el maquillaje y mi  equipaje  personal para el viaje. Al no recibir información me fui a comprar un pollo asado que estaba encargado para toda la familia. Cuando llegué a casa me comunicaron que venían a por mí, pero yo aún no había almorzado, así que me senté en el sofá de casa, en solitario y mientras veía reportajes sobre la muerte de la actriz Asunción Balaguer me comí mi pollo, organicé todo, me despedí de la familia y me fui para el lugar de la cita. Eran las 14:25h.

Cuando llegué a la cita, estaban allí esperando todos mis compañeros y desde lejos Elena me recibió a gritos, con bromas, chistes y risas y ya empecé a reír, yo con esa mujer no puedo.

Desde dirección habían tomado la lógica decisión de que Lorena, al ser nueva, y tener más contacto con Elena fuera con ella en su coche y yo fuera con Raúl.

La verdad que para haber hecho el viaje Málaga Granada en menos de 48 horas dos veces, este no se me hizo nada largo al contrario fue un viaje muy bueno y muy breve pero también es verdad que a mí me encanta ir con la loca de Elena pues esa mujer siempre me provoca risas y su forma de hablar, de decir las cosas y de pensar me provoca mucha risa, me genera muy buen rollo y me llena de enérgica positiva y esta vez me lo perdí.

Con Raúl me lo pasé bien también, pero es más responsable y menos gamberro que ella. Durante el trayecto hablamos de negocios, intimidades, oímos canciones y lo más importante, como a esta función iban menos comensales, pensamos una nueva ubicación de las mesas que fuera mucho más recogida, mucho más intimista y definiera muy bien el lugar de actuación y el de no. En nuestras cabezas quedó bastante bien, ahora había que verlo en la práctica.  Fue un viaje muy provechoso.

Hablando de todo eso y más los minutos y los kilómetros iban avanzando, cuando de pronto entramos en esta gran avenida de bloques altos que parece Ciudad Jardín, después vimos el monasterio de Fray Leopoldo, el hospital, la parada de metro, todo era ya muy conocido el final se acercaba y por fin vimos el Hotel Urban Dreams habíamos llegado a nuestro destino.





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