" imagina a todo el mundo viviendo el día a día"
Hoy domingo, 18 de septiembre del 2016, puedo decir que he vivido una de
las experiencias más grandes, gratificantes y emocionantes desde que inicié mi carrera cómo actor profesional, como actor
amateur o como desde que empecé a hacer teatro, como lo queráis llamar,
pero ha sido emocionante de verdad.
Dentro del ciclo que estamos realizando donde llevamos el teatro a la juventud, todo esto coordinado por la Junta de Andalucía, hoy hemos hecho nuestra parada en Ronda y Arriate.
Sabía que no iba a salir del bus, con lo cual, iba tranquilo a ese pueblo de precipicios que tan poco me gusta llamado Ronda. Es más, Juan y yo, hasta llegar hemos echado casi hora y media de siesta, tumbados entre las butacas del autobús. Qué me gusta dormir en un autobús, mientras este viaja. Cuánto tiempo que no lo hacia. Es más ese sueño de hora y media, ha sido más reparador que casi diez horas en la cama.
Lo que no sabía, de camino a ese lugar, era que iba a vivir uno de los momentos más bonitos de toda mi carrera.
Hasta pensé, en cuanto empezó el espectáculo, que no podría
acabarlo porque la emoción me embargaria, ya que, nada más empezar, no
llevaríamos ni un minuto, mis ojos se me llenaron de lágrimas y
la voz se me entrecortó.
De hecho cuando acabamos el espectáculo, tenía tan pocas ganas de acabarlo, que hasta me bajé a la calle con todo el público para hacernos fotos. Una chica dijo que quería una foto con nosotros y yo me bajé del bus para hacernos la foto pero todos juntos.
Es que no sabía cómo darles las gracias, por lo que habían hecho por mi, quería abrazarlos y besarles uno a uno. No sabía, ya digo, como expresar mi gratitud por darme tanto y todo sin saberlo ellos.
Y cuando me despedí, de uno de los monitores, mis ojos sí se llenaron de lágrimas y tuve que parar de hablar porque no podía seguir. De hecho el monitor me miró sonriendo.
Qué grande es lo que he hecho hoy, que personas más importantes he conocido y qué experiencia más maravillosa que vivido. Al acabar le decía Juan :" Juan me tocas y me harto de llorar."
Y diréis ¿para quién ha trabajado hoy?
Pues bien hoy El viaje del Quijote lo hemos hecho para unas personas muy especiales. Especiales porque viven el día a día, porque son felices con nada, porque nos recibieron con aplausos y gritos de júbilo, porque cualquier cosa la viven como si no hubiera un mañana.
No hay que imaginarlo, como decía John Lennon. Porque hay gente que viven el día a día, no piensa en el ayer, ni en el mañana, solo en el momento y ese momento lo disfrutan al máximo y eso el resto de personas no tenemos el placer, el poder o la sabiduría para hacerlo. Que desgraciados somos ¿no?.
He llegado a Ronda cargado. Cargado de problemas, de líos, de traiciones, de envidias de compañeros, evitando zancadillas y de miles de problemas que conlleva el mundo del teatro. Cargado de preparar proyectos con el ordenador y con el móvil, de idear proyectos, de pensar como saldrá esto o aquello. En resumen de ver el teatro como un negocio, como un trabajo, como un camino al éxito.
Pero el público de hoy me ha llegado, de nuevo, a la esencia. Estas personas, estos chicos y chicas, me han destrozado toda la empresa teatral, que tengo en mi cabeza y me han hecho que vuelva a mi origen.
A lo que me llevó a hacer teatro. El teatro era una forma de llevar la felicidad a los demás aunque sólo fuera un segundo, tal cual, otros actores hicieron en su tiempo conmigo.
Y ¿ sabéis como lo han hecho? Con nada, con un aplauso, con un comentario, con una sonrisa, con una acaricia, con un apretón de mano, un agarrarse a tu cintura o con una mirada.
Había un muchacho que me miraba directamente a los ojos, pero esos ojos eran tan limpios, tan puros, tan castos, que me daban un chute de energía cada vez que me miraba. Ahora lo pienso y se me herizan los vellos, que suerte poder haberlos mirados hoy.
No queria que ni hablará Juan, o sea, ese momento en el que Cervantes hace su monólogo. Que es el momento en el que Sancho, o sea yo, descanso. Me sentía hoy mal, porque deseaba que Juan acabara para salir yo.
Luego al llegar a nuestro destino y ver a esas madres, con esas caras de felicidad. Como con tan poco y con todo en contra se puede ser tan feliz y uno con tanto nunca lo es, que estúpido y que ingratos somos.
Ni mil horas de reíki, yoga, terapia o pilates consiguen relajarte tanto como yo lo he hecho hoy, ni un Goya, ni una película, ni un club de fans te dan tanta felicidad como ellos le han dado hoy, ni mil sabios, ni mil políticos, ni mil carreras te enseñan tanto como ellos lo han hecho hoy.
Que
sepáis que sois privilegiados y vuestros monitores más por poder estar
día a día con vosotros.
GRACIAS a: M,M,M,C,J,M,R,J,R,L,C,J,D,M,T,J,G y M
por haberme enseñado tanto, porque sois privilegiados, porque me habéis
hecho feliz, porque hoy El viaje del Quijote lo habéis hecho vosotros y
porque, John sí hay gente en el mundo que vive el día a día.
Espero volver muy pronto.
Preciosa entrada.
ResponderEliminarEres un tipo grande.