Estoy sentado en un sofá muy cómodo y viendo en televisión,
Saber y ganar. Creo que es la primera vez, en mi vida, que lo veo. Me sorprende
porque hay pruebas musicales y todo. Yo pensé que en este programa todo era más
rancio.
El sofá donde reposo es el del salón de la casa de Nacho
Albert.
Hoy es martes, 23 de enero del 2017 y después de tanto pronóstico
de lluvia va a empezar a llover. Es el primer día de lluvia oficial del año, o sea, la primera cita de todo el elenco, aunque sea por partes, de Lluvia Fina.
Los martes son los días que, la pequeña Adri, tiene más
libre para ensayar. Por eso, hoy vamos a ir quedando, por turnos, todos con ella.
El primer turno es a las 17,00 horas, pero yo he quedado a
las 16,00 con Nacho, para ensayar, hablar y preparar a Simón, mi personaje.
Quiero estar a solas con el director al menos un ratito.
Tenía una duda y quería comentarla con Nacho.
Me he perdido, pero bien perdido. He subido por la calle que
no era y aunque el ambiente me sonaba, no había nada que me recordara a lo que
vi la otra vez que vine. Cuando estaba en lo alto de un monte y no había más
salida que subir aún más, me he encontrado a un señor mayor, muy amable y me ha
dicho que estaba totalmente perdido, pero me ha enseñado un atajo perfecto.
He bajado las escaleras más empinadas del mundo y luego un poco más de cuesta y he llegado a mi cita.
Pero he llegado y Nacho estaba duchándose, lo mejor fue que en plena ducha lo visitaron las musas y se puso a crear, se le fue la cabeza en pleno proceso creativo y he estado esperando que acabara un ratin.
Y ahora vamos a empezar nuestra labor, yo ya estoy cambiado, reventado de tanto andar, asado de calor, pero a la vez nervioso y asustado, no quiero caer en el mismo Simón del estreno, el que vi en el video, sino poner en marcha el que habló en la lectura dramatizada, que me encantó. Ya os contaré, empezamos.
He salido de casa de Nacho a las 18:20 h después de casi dos horas de ensayos y de saludar a mis compañeros del siguiente turno.
Qué feliz de salido, por fin después de casi dos meses, estaba creando, siendo otra persona, diciendo palabras que no eran mías, sintiendo cosas que no eran mías, en una palabra, ensayando y actuando, por Dios cuanto lo echaba de menos.
Ya digo he salido, por ese hecho, feliz como nadie,pero no muy contento del ensayo.
Si debo buscar alguna similitud del Simón de hoy con alguno del pasado, la encuentro en el Simón del día del estreno y no del de la lectura dramatizada, que caquita.
Aunque Nacho me ha preguntado, muchas veces, si estaba bien y me sentía bien, si tenía dudas etc, y yo le he dicho siempre que estaba bien, he vuelto a sentirme gritón, estresado, rápido, poco amigable y coloquial, más bien excesivamente exagerado y sobreactuado.
Hemos hecho, solos Nacho y yo, un pase completo de mis intervenciones y luego hemos hecho dos pases más, de cada intervención, pero ya junto a Adri.
Nacho nos ha hecho muchas indicaciones de tonalidad, entonaciones, movimientos y por cierto, todas excesivamente acertadas, me han ayudado mucho o me han hecho buscar matices que antes no teníamos. Qué monstruo es.
Bueno él ha concluido que para ser el primer día está bien. Yo ya digo no he acabado contento.
Tengo hasta el martes que viene para trabajar todo lo de hoy, las novedades, las entonaciones, dale realismo, naturalidad, no perder viveza pero tampoco ir acelerado, ni gritón.
Así que ahora me espera lluvia en casa y frente al espejo, para que el próximo martes llueva bien y torrencialmente.
Mas perdido que Wally en San Mames.
ResponderEliminar