lunes, 29 de febrero de 2016

LA RONDA BLANCA, BELLA, RISUEÑA Y AGRADECIDA.



Si todo había sido oscuridad  y nervios, en cuanto me puse la indumen-
taria de mi primer personaje, todo fue tranqui-
lidad, seguridad, ganas de pasarlo bien y de aprovechar cada segundo de todo lo que  pasaba.

No os lo había dicho antes, pero en esta pieza hago tres personajes diferentes y dos voces en off. 

Si en Cartama me lo había pasado bien, aquí quería regodearme en cada personaje y sacarle más provecho y más tiempo. 

Por eso digo que  todo lo feo, anterior, se transformó en ganas de pasarlo bien.

Le propuse a Alexis, comenzar mi actuación entre el público, algo que me encanta, este aceptó. Por ello me metí muy pronto en la cabina del técnico de luces y sonido, Ignacio.  Un gran hombre, estuvimos de charla y  tuve el honor de ver una  antigua  maquina de cine que aun  usan en Ronda. 

Una de las cosas  más bonitas de esta profesión es   la gente que conoces, lo que aprendes y lo que tienes posibilidad de ver. En esa cabina, hablando con Ignacio, aprendí mucho del tipo de cine y teatro que se demanda por aquella zona.

Comenzó la pieza  y tuve el placer de ver el principio desde la cabina, bueno, de medio ver porque sin gafas... 

Llegó mi momento y bajando entre el publico, inundé con mi voz todo el teatro. Todos comenzaron a volver la cabeza para verme, a comentar, festejar y apoyar mi interpretación. 

Cuando llegué al pie del escenario, tuve que alzar aun más la voz, por todo el jaleo y los comentarios que había provocado en el patio de butacas. 

Estuve mucho más tranquilo que en Cartama  y sacando más al personaje. Cuando acabé mi interpretación, todos rompieron a aplaudir.

Me sentí satisfecho no, lo siguiente. Feliz de mi mismo, de mi trabajo y de mi esfuerzo. Qué contento me puse.

Pues si con mi primer personaje salí seguro, el segundo se hizo el rey del escenario, lo hice mío, me paseaba y me movía por él cómo en mi casa, provoqué la risa del público en dos momentos y al irme de nuevo aplausos.

Estaba tan tranquilo entre bambalinas   que hasta foto nos hicimos, eso sí estaba congelado que frio.

La voz en off fue de nuevo un éxito, porque esta me ayudó a calmar a los niños, que no paraban de gritar cosas,  durante toda la pieza, a los pobres actores.

El tercer personaje también gustó pero menos, es el que tengo menos afianzado y debo darle una vuelta de tuerca y buscarle otras cosas más divertidas.

De nuevo no tuve retroali-
mentación, porque de nuevo falló el saludo, es más saludé porque Alba me llamó.

Tras la función fotos con los niños, en el hall del teatro y esta vez, Alexis insistió en que yo posara también con ellos, yo no quería porque los protagonistas son ellos, pero tuvo un gesto muy bonito porque me insistió en posar en todas las fotos.

Recogimos en un plis-plas, nos congelamos cargando el coche, de nuevo junto a un barranco y de ahí a casa, calentitos en el  coche con Antonio, su señora y Alba, que a gustito venia para mi casa.

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