martes, 23 de febrero de 2016

TORMENTAS DENTRO Y FUERA DEL BUS DEL "QUIJOTE".



Quedan quince minutos para el siguiente pase, Jorge ha ido a por un café, me ha pedido que le acompañe, pero hace mucho frio, está lloviendo, estoy vestido de Sancho y estamos en Málaga capital, o sea, no hay nada que ver. Por todo ello no lo he visto muy práctico y le he dicho que no.

Me duele la cabeza, este pase ha sido agotador, hay que ser sincero y deciros que hoy me ha costado horrores levantarme de la cama.

Como dije en la entrada anterior, me divierte mucho hacer las piezas del Quijote y el hecho de viajar en bus, que me gusta casi igual que hacerlo en tren, pero hoy jueves 18 de febrero del 2016, los dos pases son en Málaga capital, con lo cual Diego, el conductor, nos ha recogido al lado de casa, hacía una mañana horrible, era de noche aun, el cielo estaba cerrado, un frio polar y diluviaba.

Al sonar el despertador me hubiera vuelto y hubiera seguido durmiendo.

Hemos llegado al bus, me he vestido y al poco tiempo en el colegio, por el camino, estaba como en mi propia cama, en serio, parecía que aun no había salido de ella.
Llegamos al cole, espe-
ramos, llegaron los niños, puse mi sonrisa en la boca, pasé del sueño a la alegría y el buen rollo y los hice subir.

Era unos niños de una edad  preciosa, pero ha sido un pase muy bipolar. 

Entre nosotros y ellos ha habido una interactuación total, nos hemos ido retroalimentando unos a otros ha sido super bonito.

Tanto ha sido así, que hemos tenido que recortar partes del texto, las más sosas, porque llegábamos a nuestro destino y aun nos quedaba mucho por decir. 

Jorge y yo hemos estado muy sincro-
nizados, ha sido todo muy vivido, muy organizado, muy disfrutado, no sé, pero a mí me ha encantado como lo hemos hecho.

Pero han interactuado tanto los niños con nosotros , que nos han agotado, no paraban de llamarnos, de gritar, de tocarnos. Hemos tenido que pedir varias veces silencio y que por favor no nos tocaran.

Aunque he conocido a un chico llamado A, me ha impresionado, era un pequeño filósofo, con unas frases que me han impresionado,  sobre Quijote y la solidaridad.

Al marcharse una chica pelirroja me ha dicho: “Gracias tu obra me ha encantado”.

En diez minutos el siguiente.

Puntual como un reloj hemos comenzado el segundo  pase.

Al ser el segundo hemos estado y hay que ser sincero, un poco más automatizados, y los gritos constante de los peques informándome que no funcionaban algunos cinturones, me han puesto un poco… nervioso.

De este pase quiero destacar a las dos profesoras, que asentían en casi todo lo que contábamos, o les comentaban a los niños que eso ellos ya lo habían estudiado.

Me gustó mucho porque comprobé lo didáctico que es este show. 

Los niños de nuevo encan-
tadores, muy vivos, pero muy revoltosos y gritones.

Hubo de nuevo una conexión total y constante con los niños, estaban de nuevo muy abiertos a nosotros y a todo lo que ocurría pero sus gritos eran enormes y no parábamos de decir “silencio, silencio”

Al irnos una profesora nos besó y felicitó y otro nos dijo “enhorabuena buen trabajo, porque la verdad que os lo trabajáis”.

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