Quedan quince minutos para el siguiente pase, Jorge ha ido a
por un café, me ha pedido que le acompañe, pero hace mucho frio, está
lloviendo, estoy vestido de Sancho y estamos en Málaga capital, o sea, no hay
nada que ver. Por todo ello no lo he visto muy práctico y le he dicho que no.
Me duele la cabeza, este pase ha sido agotador, hay que ser
sincero y deciros que hoy me ha costado horrores levantarme de la cama.
Como dije en la entrada anterior, me divierte mucho hacer
las piezas del Quijote y el hecho de viajar en bus, que me gusta casi igual que
hacerlo en tren, pero hoy jueves 18 de febrero del 2016, los dos pases son en
Málaga capital, con lo cual Diego, el conductor, nos ha recogido al lado de
casa, hacía una mañana horrible, era de noche aun, el cielo estaba cerrado, un
frio polar y diluviaba.
Al sonar el despertador me hubiera vuelto y hubiera seguido
durmiendo.
Hemos llegado al bus, me he vestido y al poco tiempo en el
colegio, por el camino, estaba como en mi propia cama, en serio, parecía que
aun no había salido de ella.
Llegamos al cole, espe-
ramos, llegaron los niños, puse mi sonrisa en la boca, pasé del sueño a la alegría y el buen rollo y los hice subir.
ramos, llegaron los niños, puse mi sonrisa en la boca, pasé del sueño a la alegría y el buen rollo y los hice subir.
Era unos niños de una edad
preciosa, pero ha sido un pase muy bipolar.
Entre nosotros y ellos ha habido una interactuación total,
nos hemos ido retroalimentando unos a otros ha sido super bonito.
Tanto ha sido así, que hemos tenido que recortar partes del
texto, las más sosas, porque llegábamos a nuestro destino y aun nos quedaba
mucho por decir.
Jorge y yo hemos estado muy sincro-
nizados, ha sido todo muy vivido, muy organizado, muy disfrutado, no sé, pero a mí me ha encantado como lo hemos hecho.
nizados, ha sido todo muy vivido, muy organizado, muy disfrutado, no sé, pero a mí me ha encantado como lo hemos hecho.
Pero han interactuado tanto los niños con nosotros , que nos han agotado, no paraban
de llamarnos, de gritar, de tocarnos. Hemos tenido que pedir varias veces
silencio y que por favor no nos tocaran.
Aunque he conocido a un chico llamado A, me ha impresionado,
era un pequeño filósofo, con unas frases que me han impresionado, sobre Quijote y la solidaridad.
Al marcharse una chica pelirroja me ha dicho: “Gracias tu
obra me ha encantado”.
En diez minutos el siguiente.
Puntual como un reloj hemos comenzado el segundo pase.
Al ser el segundo hemos estado y hay que ser sincero, un poco
más automatizados, y los gritos constante de los peques informándome que no
funcionaban algunos cinturones, me han puesto un poco… nervioso.
De este pase quiero destacar a las dos profesoras, que asentían
en casi todo lo que contábamos, o les comentaban a los niños que eso ellos ya lo
habían estudiado.
Me gustó mucho porque comprobé lo didáctico que es este
show.
Hubo de nuevo una conexión total y constante con los niños,
estaban de nuevo muy abiertos a nosotros y a todo lo que ocurría pero sus gritos
eran enormes y no parábamos de decir “silencio, silencio”
Al irnos una profesora nos besó y felicitó y otro nos dijo “enhorabuena
buen trabajo, porque la verdad que os lo trabajáis”.
Hace mucha falta el agua.
ResponderEliminar