martes, 31 de octubre de 2023

LA NOCHE TERRORIFICA ( DE VERDAD) EN EL JARDÍN MUTANTE. CRÓNICA O RECUERDOS I.


Pues a falta de crónicas os hablaré de mis recuerdos. Recuerdos de  La Noche Terrorífica en el jardín mutante, vivida la miedosa noche de Halloween en el Jardín Botánico de Málaga.

Ahora que para miedo, el que yo sentí cuando me asomé a la fachada de la casa palacio, desde la antigua pista de tenis y vi que el público salía, o sea, comenzaba mi parte y eran solo las 19:30h. 

Faltaban 30 minutos para que acabara el primer pase y el único actor que quedaba por salir era yo. Os aclaro, 4 de los 5 actores y 1 de los 2 asustadores ya habían terminado su trabajo y entre todos habían hecho la mitad de la visita y la otra la tenía que hacer yo. 

Me dio miedo pero solo un miedo superficial, porque ni me excite, ni me preocupé, yo no tenía armas para entretenerlos tanto tiempo, ni herramientas, ni ganas, ni tiempo, porque si les dedicaba media hora y el siguiente pase iba igual de adelantado, llegaría tarde y liaría el taco. 

Además, por mucho que quisiera yo no iba a poder entrénelos tanto tiempo, como no los llevara a dar una vuelta por todo el jardín o jugara con ellos al cinquillo, no podía alargar 12 minutos a 30, así que, sin correr, porque no corrí, además me inventé una forma de andar pegados a la pared para alargar el tiempo, hice mis minutos y listo. Además en Halloween no se puede improvisar y alargar porque el público te pide miedo, susto y si no se los da el miedo lo vives tú.

Se fueron a la calle mucho antes de lo previsto, no sé con qué sensación se irían pero yo acabé con 
la de que fue como un cuenta cuentos, niños atentos a mi monologo, como si fuera un personaje de cuento,  haciendo preguntas y yo hablando con ellos, resolviendo dudas, cuestiones, aconsejando etc. Los papás aclaraban cosas, vamos "un miedo..." Fue guay pero nada que ver con el objetivo de la visita.

Le pedí al "asustador/ gallego" que me cogiera del cuello e hiciéramos algo, para alargar principalmente y también, para que nuestro encuentro tuviera algún sentido y asustara un poco más, porque si salía corriendo de un lado a otro y listo, tampoco servía para mucho.

En el descanso entre pase y pase me acerqué a hablar con la compañera, para comentar lo del adelanto,  y por lo que se ve, el primer pase no le había ido muy bien, no habían enganchando con el público  y no hubo miedo, pero yo no tuve esa impresión, fueron correctos. 

El siguiente pase también lo recuerdo, entre otras cosas porque fue más de lo mismo, familias enteras, con hijos, un poco en plan cumpleaños.

Al decir mi frase de: " Sé que lo han pasado muy mal ahí dentro, que han pasado mucho miedo", me refería a la casa palacio ( enfaticé estas frases debido a lo que me dijo mi compañera sobre el pase anterior), la respuesta de los padres fueron: " Bueno", "push", "Vaya", así que mucho miedo no estábamos dando. 

El  ambiente se convirtió un poco hostil, más que actuar, era defenderme de lo que me venía. Niños ya más bien mayores, con pocas ganas o con ganas, pero de ir en contra de todo y pillarte, mayores alejados como controlando o supervisando si se cumplían sus expectativas para con sus hijos, se negaron a andar junto a la pared y yo puse el piloto automático.

Ahm, otro pase acabado antes de tiempo, de nuevo me llegó adelantado.

En ese pase ya no podía más,  subí a mí lugar de espera protestando y pidiendo a Dios que aquello se acabara de una u otra forma. La expectativa de la noche no podía ser menos esperanzadora y me quedaban 7 pases aún, que en realidad eran 8. 

El Halloween pasado fui el último personaje y me vino de perlas, pillaba al público ya arriba de energías y tras un susto enorme, lo único que  yo hacía era rematar, encima las partes con Fran Camacho eran maravillosas, 
pero esta vez los pillaba frio, helados, como si yo fuera el primer personaje, no traían nada y eso me agobiaba mucho. No tenía fuerzas ni físicas, ni mentales para ello.

Antes de empezar el tercer pase, recibí la visita de Fran, se interesó por como iba todo, y me dijo que el grupo que venía ahora era de adolescentes, pero muy apañados, todo iba a dar un cambio, me predijo y fue cierto. 

Por su aspecto y su edad apuntaba a que sería un pase insoportable, pero para nada, fue un grupo interesado, con una niña que era un encanto. Pues cuando me veía nervioso me aconsejaba espirar e inspirar, eso te ayudará me decía.

Dios me oyó, yo quería acabar cuanto antes esa noche y de pronto, en el tercer pase, comenzó a llover. Pero ni los focos echando chispas y humo por el contacto del agua al calor y aquello rodeado de plantas, ni la lluvia cada vez más intensa, ni el barro que se estaba formando, ni los empalmes de luz bajo agua, ni la petición de paraguas de los compañeros, impidió que la gente parase de llamar para confirmar que iría y que no se suspendiera ni un solo pase, ni uno.

El primer pase lluvioso, lo hice bajo la misma. Utilicé el paraguas mientras venía el público, pero luego  lo solté, era feo actuar seco, mientras el público se mojaba, además como andaba entre arboles y  bajo el puente y tal, tampoco me mojaba tanto. 

Vale sí, un pase sí, pero cuando son casi 4 horas las que estas bajo la lluvia, los arboles se mojan y ya cae agua siempre, así que, decidí que no iba a enfermar por este trabajo, por tanto, para el cuarto pase, aproximadamente, cogí mi paraguas y ya no lo solté nunca más.  

Inventé que a mi personaje le gustaba pasear los días de lluvia. Teodoro "El bueno", según el texto, le gustaba andar por el jardín porque descubría plantas para sus investigaciones y buscaba en la vegetación su inspiración, pues yo le agregué que los días más inspiradores eran los de lluvia y que me encantaba coger su paraguas y pasear por él, así que paraguas justificado y ya no me lo quitaba de las manos ni perry.

En esas malísimas condiciones, todo iba a cambiar....



Málaga, martes 31 de octubre del 2023.



   



1 comentario: