sábado, 2 de diciembre de 2023

VICTOR VUELVE A SU ESCALERA PERO ESTA VEZ ESPECIAL.

 

Deseando estaba de que sonará la voz de Elena anunciando al gran Víctor Ferrara y empezar a bajar esas escaleras de ese lugar que ya es un auténtico hogar para nosotros y cuyo nombre es el Hotel Urban Dreams de Granada. 

Esa noche era todo igual pero a la vez distinto, muy distinto, no era la voz de Lila la que reclamaba mi presencia, como dije antes, sino la de Elena. 

Le dio el mismo juego y la misma intención que Lila, pero la extrañé mucho la verdad, nuestro filin es muy especial y aunque Elena hizo que no la echara nada de menos, sí debo decir que cuando actuamos Lila y yo juntos, ambos nos vamos y son realmente Lola y Víctor los que están en escena y los que viven. Esta vez, aunque como dije antes, no la pude echar de menos porque Elena lo hizo genial, si debo decir que era diferente porque con Elena me une mucho y es verdad que me costaba separar Lola de Elena y a mí de Víctor. 

La bajada de las escaleras que separan a Víctor de los comensales también fue especial. Estuvo dedicada nada más y nada menos que a la gran actriz que nos dejó esa misma madrugada, Concha Velasco.

Yo le pedí a Elena hacer algo esa noche en su honor, mencionarla o algo, pero Elena me hizo una propuesta imposible de rechazar: Bajar las escaleras con una boa de plumas y al son de una canción de la Velasco, yo acepté casi gritando y estuve toda la tarde pensando en ese momento porque la canción que elegí fue nada más y nada menos que Mamá quiero ser artista

Todo salió perfecto, pero solo con un pequeño fallo que no tuvimos ninguno en cuenta, ni Elena, ni Raúl, ni  sobre todo yo, que era el que debí estar más atento a ese detalle y fue el de que se debió anular la ovación, pedida y forzada de la salida de Víctor. ¿ Por qué? Pues porque los aplausos ensordecían la canción.

Bajé como si nada, pensando que al oír la música se callarían, pero al ser todo tan imprevisto y el equipo de sonido usado no era el mejor, yo prácticamente no oía la canción, asi que creo que ellos mucho menos, pedí silencio con las manos y creo que ellos pensaron que los animaba a seguir porque subían aún más la euforia. 

Esto hizo que acelerara mi bajada de la escalera, para tenerlos cerca, pedirles silencio y que se oyera nuestro homenaje. 

Ya casi bajando lo conseguí, la música estaba por encima al público y comenzaron a callar. No se me olvidará jamás  algo que me puso los vellos de punta y fue oír decir a una chica con mucho cariño y un puntito de pena :" Oh Concha" y desde ahí la sensación generalizada fue esa. 

Hice el final del estribillo entre los comensales y cantándole a ellos, aunque esa no era mi intención.

Yo tenía pensado hacer todo en la escalera y al bajar ya meterme en Víctor y seguí el orden normal de la introducción, no pudo hacerse según mi pensamiento, pero para haberse hecho de forma casi improvisada, quedó genial.

Y por si había alguna duda y evitando que se perdiera el sentido de todo lo que estaba pasando, fue acabar la canción y tomé la palabra para pedir el primer aplauso de la noche para la gran Concha Velasco y esta vez sí que sonó ese homenaje para ella.

Lo último que hizo esa noche diferente, fue la presencia de alguien también muy especial para mí, mi amigo Jose, ya os he hablado de él en el previo, pero el verlo de vez en cuando a lo lejos, haciendo fotos u observando me hacía ganar en seguridad, en familiaridad y en tranquilidad. 

Siempre me han dado envidia esas estrellas o actores famosos que dicen, bien en los estrenos o en los festivales o en las promociones, que han ido con su pareja, con sus padres, con su hermano, etc. Mientras viajan, esperan o actúan, no están solos tienen a alguien querido ahí con ellos y eso debe ser muy guay, pues yo lo viví en Granada. 

Por un lado era complicado, tienes la opinión de alguien que te interesa mucho y quieras o no te aumenta la responsabilidad, y por otro, te da relajación porque a mí no me mola viajar, pero si estoy en el Urban me siento en casa y si es al lado de José es como estar en el sofá con la mantita. 

Así que por todas esas cosas esa noche fue especial.

Además eran 42 comensales con los que tuve que interactuar ( no puedo dar datos) pues se me hizo no breve, brevisímo, hubo un momento en el que tuve la sensación de que la cosa no avanzaba, o iba lenta, pero de pronto iba por el ecuador y en un suspiro ya estaba acabado. 

Es cierto, que fue muy rápido, pero es que mis compañero ayudaron para que el tiempo de espera fuera el mínimo.

Víctor debe generar siempre buen rollo, con su poquito de picardía, de bordería, ego y maldad pero un ambiente, ameno, festivo, agradable y lo generó.

Tenía la sensación de que me costó arrancarlo, sobre todo por la presencia de José pues yo quería que todo saliera bien, rápido, y por mí afán de trabajar después de tanto tiempo sin hacerlo deseaba que todo fuera festivo a la voz de ya. 

Pero viendo un vídeo que se ha realizado, el humor y las risas del público fueron desde el minuto uno, aunque yo lo sentí más tarde.

Todo fue bien, hasta que un señor se sentó sin mi permiso y ya de ahí tiré del hilo y empezó el desmadre,  este fue mi ayudante durante todo el tiempo, lo puse a leer, me senté con èl, comenté sobre el resto, intenté cambiar las parejas, hice que 2 que estaban muy acaramelados se besaran o se hicieran cariñitos delante del resto, o la chica que le hacía aplaudir más que a los demás o incluso, de nuevo la cena coincidió con un cumpleaños,  cantamos al homenajeado.

Tiempo en el que creo que Elena y Raúl salieron a ver qué ocurría. 

Me parece que ya lo he contado todo y va siendo hora de acabar está entrada pero no puedo hacerlo sin decir antes que había una pareja que hacía 29 años habían celebrado su noche de boda en ese hotel o una chica que era la tercera vez que iba, la primera fue sola, la segunda con amigas y esa noche con un chico que acababa de conocer en persona y con el que llevaba meses hablando por redes sociales. 

iii QUÉ BONITO !!! Por cierto, me enteré de esta historia al final y me dijo que no lo comentó antes porque me conocía y le hubiera dado caña. Ese es el Víctor que me gusta. 


Granada, sábado 2 de diciembre 2023.


 




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