sábado, 31 de enero de 2015

LAS MAS GRANDES SON LAS MAS PEQUEÑAS.


Ayer tuve el placer y el honor de ver a la grandiosa Concha Velasco sobre las tablas del teatro Cervantes de Málaga, estuvo soberbia en Olivia y Eugenio.
Aunque por los avances que había visto en televisión o Internet, me parecía que  era una pieza que no iba a interesarme en demasía, en cuanto se levantó el telón, la escenografía me pareció tan elegante a la vez que sencilla y bien puesta, que empezó a conquistarme todo lo que ocurría.
En cuanto empezó, me costó enganchar, no estaba muy convencido de lo que veía, hasta que Olivia se fue tras el sofá abrió una botella de alcohol y comenzó a beber y a decir su primer monologo, ahí, Concha, me agarró de las manos con su forma de interpretar el texto, me llevó a su terreno, me abrazó con su voz y sus imagenes y ya no pude despegar mis ojos, mis odios y todo mi sentido de ella.
Me enganchó, me conquistó, me enamoró y llegó un momento en que me lo creí todo, me creí esa relación entre madre e hijo, veía sus imagenes, su escucha, su presencia, su porte en el escenario, CONCHA ES UNA GRANDE, y yo ayer tuve el placer de verlo. Enhorabuena maestra.
Pero como digo en el titulo los más grandes son los más pequeños, después de ese triunfo, Concha en todo momento durante los aplausos, se quedó en segundo plato, dando todo el protagonismo a Hugo, su compañero,  al que adelantó al proscenio para recibir los vítores y felicitaciones.
Pero además demostró ser muy humilde cuando la esperamos a la puerta del teatro, para felicitarla.
Estuvo en todo momento cordial, simpática, agradable, atenta a todos y lo mejor, habló conmigo, no yo con ella, sino ella conmigo, porque me trató con mucho cariño y me sacó tema de conversación cuando le pedí que me firmara su foto de Hecuba, quedando encantada porque no la había visto antes. Lo mejor, fue  cuando le di una copia de mi proyecto fin de carrera, dedicado al Don Juan Tenorio que ella protagonizó para Estudio 1 en 1966,  pues su preocupación fue si me había salido bien.
Cuando le dije que si y que me habían aprobado, me besó feliz y me dijo sonriente: " eso es lo importante".
Y se llevó mi regalo para leerlo en el hotel.
Por todo eso acabo como comencé, las más grandes son las más pequeñas. Olé Concha.




1 comentario: