Sí Sergio, los cofrades siempre mirando al cielo, pero
también lo hacen los jugadores de baloncesto amateur, los sábados por la
mañana, ¿no te acuerdas?, los trabajadores del campo, los vendedores
callejeros, los actores que actúan al aire libre y las mamás que celebran los
cumpleaños al aire libre.
Y el pasado sábado, 17 de diciembre del 2016, las mamás
miraron demasiado al cielo o a las previsiones meteorológicas pilladas por
Internet, porque decidieron, que como llovería, el cumpleaños que iban a celebrar esa mañana en el Jardín Botánico no se
celebraría.
Por tanto, David y
yo, nos quedamos sin currar. Lo
sentí, económicamente, pero no tanto actoralmente, ni mucho menos logísticamente.
Os explico, no gané dinero y eso es chungo, pero pude
dedicar la mañana a estar en familia, jugar con mi sobrina y montar toda la
escenografía y atrezo de la pieza que mis pequeños estrenarán el próximo lunes,
dentro de mis clases de extraescolares de teatro, y como después tenía citas
sociales, si no iba al cumpleaños, me venía mucho mejor , porque podría organizarme y como tampoco la interpretación era
importante... Pues me alegré un poco de la suspensión.
Realmente había programado dos cumpleaños, pero la mamá del
otro cumpleañero, fue más valiente y si lo celebró,el anulado fue el mío y el de David.
Nada otra vez será.
Nunca llueve al gusto de todos.
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