domingo, 2 de agosto de 2020

EN MALAGA POCO DULCE Y MUCHA SAL.


Muy poco dulce hubo en el primer ensayo de la pieza La Málaga dulce. Cuando hago esta afirmación la hago un poco en general, pero muy especialmente lo digo a un nivel particular, o sea, que lo digo por mí. Pues no solo no llevé una propuesta de personaje, sino que además no me sabía ni una frase del texto y lo que es aun peor, ni siquiera me lo había leído entero.

Dos pases hicimos del texto, uno solo para Eduardo y los compañeros actores, donde este le daba el visto bueno a tu interpretación, te decía si ibas bien o mal y el otro pase era para las anfitrionas. Estas llegaban todas juntas, como si ya fuese una representación teatral real. Una de ellas te hacía la introducción y tu hacías el texto, pues bien, yo lo leí. No fui el único actor que lo leí, José también lo hizo, pero este lo hizo con el papel en la mano, yo ni eso, lo mío fue muy fuerte, pues lo leí directamente del móvil y si os soy sincero, repito, por primera vez.

La primera en actuar fue mi Luisa, que lo hizo ya con personaje y sin texto en la mano, no se sabía el texto perfectamente, es cierto, pero ya lo llevaba casi listo y después de haber dejado el nivel tan algo me tocaba a mí. Mil veces le pedí perdón a Edu, antes de empezar e incluso con el texto ya empezado. Es que lo único que hice fue leer, pero leer literalmente, sin ningún tipo de entonación.

No me da vergüenza actuar, pero nada de nada, en cambio cuando presento un personaje por primera vez, me corto muchísimo, lo paso fatal y aun peor cuando no he hecho el trabajo previo y me presento sin hacer mis deberes. 

Lo pasé fatal, puesto que no sabia ni lo que decía y me paré mil veces. Cuando hice el pase para las chicas me salió mejor, puesto que lo leí muy rápido y fin. El personaje que voy a representar, es nativo de Granada y me gustaría ponerle un acento o deje andaluz. Hasta el domingo 26 de julio del 2020, que fue cuando se produzco todo esto que estoy contando, no le pude pedir permiso a Edu y este me lo dio.

Debo deciros que hasta que no tuviera permiso para el acento, no quise estudiar  nada para no viciarlo, además que no tuve mucho tiempo para hacerlo y lo que es peor , el texto tiene un lenguaje complicado y un orden de las ideas un poco desordenado y me daba mucha pereza ponerme a estudiar, por todo eso, fui al ensayo sin haber estudiado nada.

El ensayo acabó muy pronto, por eso no hubo mucho dulce, pero sí mucha sal, porque una vez acabado este, estuve dando consejos a dos compañeras con sus personajes.

Como bien sabeis con esto del confinamiento, he estado mucho tiempo sin actuar y lo echaba de menos, pero también llevaba mucho sin dirigir a actores y esto no lo echaba de menos, pero cuando el domingo volví a hacerlo, me di cuenta de que también echaba de menos ese momento.

Quiero recordar de esta tarde cuando llegué al cementerio que me encontré con mi Luisa en la puerta, hacía mucho tiempo que no la veía. Me alegró mucho verla y lo mejor fue que cuando entramos, todos habían desaparecido y tanto Luisa como yo, nos pasamos un rato dando vueltas por el cementerio, buscando a los compañeros. Parecía una broma que nos habían citado y ninguno estaba ahí.





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