miércoles, 5 de agosto de 2020

OCURRIÓ UN MILAGRICO MUY DULCE.


Os prometo que no sé lo que pasó. Jamás en mi vida me había pasado esto. No sé si fue porque salí de casa, antes del ensayo con una muy buena intención, que no pude llevar a cabo pero que me fue recompensada o que mi Luisa es adivina, pues su predicción se llevó a cabo al 100%.

Es verdad,que quedé delante de algunos compañeros como el típico empollón que dice, muy deprimido, a todos  que ha sacado un cero en el examen y después  saca un 10. Haciendo con esto que caiga mal por su falsa modestia  a todo el mundo, pues yo igual,  le dije a todo el mundo que el acento aun no lo tenía, pero os prometo que lo mío fue totalmente cierto.

Si hasta fui al ensayo del domingo, 2 de agosto del 2020, con un plan perfectamente organizado: Haría el monologo completo, pues tras unos cambios, donde moví párrafos, ideas y metí palabras para hilar todo, había conseguido aprenderme el texto, pero no lo haría con acento granaino. Ya os dije que quería hacer el texto en dicho acento, lugar de procedencia de mi personaje, pero no me salía ni a tiros. Para ello le justificaría a Eduardo que debido a todo el trabajo que había tenido durante toda la semana, cosa que en cierto modo era verdad, no había podido trabajar ni el cuerpo, ni la voz y mucho menos el acento del personaje, cosa que también era cierta, pero a medias, porque algo si lo había trabajado, pero es que no conseguía hacerlo y me daba corte hacer el ridículo ahí delante de todos.

Realmente, no me había puesto en serio a trabajarlo, pero como cada intento era un rotundo fracaso, lo dejaba. Hacía pruebas que quedaban un poco bien, pero cuando me grababa y me oía, parecía de broma, por más audios que le mandaba a un amigo granadino, no me daba el visto bueno ni por encima y cuando me salía algún tipo de acento este era el cubano. ¡¡ Vamos un desastre‼.

El ensayo del espectáculo La Málaga dulce, estaba previsto para las 19:30, yo tenía pensado salir a las 19:00 para llegar bien de tiempo, pero a última hora y debido a las altas temperaturas lo cambiaron a las 20:00.

Aprovechando el cambio, salí mucho más pronto de la cuenta para hacer algo que al final no pude hacer. Pensé volver a casa porque el calor era exageradamente insoportable y eso unido a la mascarilla hacían que me asfixiara, que sudara y que me quemara la piel, pero no me volví, fui valiente y decidí bajar hasta Casa Mira, en el centro, para comprarme un blanco y negro. En una plaza solitaria me lo comí y luego me fui al ensayo.

En todos esos trayectos empecé a intentar hacer el acento y empezó a salirme. No me salía ni mucho menos, pero hubo un pequeño atisbo, una pincelada de que podía salir.

Llegué al cementerio, muy tranquilo, pues lo iba a hacer en malagueño, como dije antes, lo tenía todo preparado.

Una vez allí, saludé, llegaron todos, Edu nos dio su charla y cada uno nos fuimos a nuestro lugar. En un principio se dijo que se haría un ensayo real, o sea, cuatro pases, pero al final iban todas las anfitrionas juntas y solo hicimos uno.

Yo me escapé y en vez de esperar en mi sitio, me fui a ver y charlar con mi Luisa. Esta me pidió que me quedara para verla y aconsejarle pero le dije que no, que tenía muy mal el texto y quería repasar. Igualmente me pidió que le hablara en granadino y le dije que no, porque aún no lo tenía. Esta me dijo: " Anda ya seguro que lo tienes, veras como abres la boca y te sale".

Estando en mi lugar de actuación y esperando a los compis, me puse a jugar el texto y la postura corporal del personaje y el acento granaíno empezó salirme, muy poco, pero algo sí, descansé y cuando vi que mis compañeros se acercaban, volví a usar el acento granadino, pero ya no me salía.

Llegaron las anfitrionas, me presentaron, abrí la boca y empezó a salirme un granaíno perfecto, un granadino interior, de pueblo, masculino, con los dejes de allí, con las palabras acabadas en “ico”, las entonaciones, vamos todo.

Sé que no era perfecto, pero yo escuchaba que salía de mi boca, lo que tantas veces quise escuchar y no escuchaba.

Fallé varias veces en el texto, es verdad, pero el hecho de oírme y comprobar que de pronto me salía lo que buscaba, fue un milagros y además ver delante a mis compañeros sonrientes y felices, me ayudó mucho. 

Con sus gestos y caras apoyaban lo que yo hacía y  eso fue muy bonito. Siempre digo que cuando hago algo por primera vez en un ensayo o ante un director me da vergüenza, pero esta vez me creí. La risa de Eduardo y su cara de satisfacción, la de mi Luisa mandándome besos y diciendo que sí, los gestos de la seño Carolina dándome sus aprobaciones y su enhorabuena, Librada con una sonrisa constante. Todos me ayudaron  a que me saliera.

Javi que es tan sincero y tan claro se puso a hacerme fotos y al acabar me dijo: "En dos palabras im- presionante."

Pensareis que acabé muy contento, pues no, ya que hubo un comentario silencioso,  algunos gestos y demás que me hicieron pensar que ese personaje, llano, divertido, buena gente y campechano quizá no iba a ser aprobado, pues se alejaba de la línea habitual, no sé, fue mi sensación, ya os contaré.

Pero quiero acabar esto dando las gracias a Álvaro, porque me ayudó, pero sobre todo a Carolina por su apoyo, su ayuda, sus desvelos y sus consejos y a Antonio Maldonado, que creo que me dio la clave, con sus miles de videos y audios de los distintos acentos de Granada. Gracias, sin vosotros no hubiera salido.

Ahora hay que asegurarlo y afianzarlo para que no sea flor de un solo día. 

 

 

 


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