Estoy como estuvo Vicky Larraz en su tiempo, a mil.

Mi conversación con mi amigo David y sus consejos me ha servido para empezar a ver las cosas de otra forma.
Esta tarde tenía varios planes en la cabeza, pero cuando me he quedado solo en casa, he sido responsable y aunque El trono ya lo tengo más que de sobra, me hacía falta marcar cosas concretas donde agarrarme en caso de dudas, tener movimientos fijos y gestos un poco marcados que me den seguridad y sobre todo llenar el monologo de seguridad.

Pues como digo he dejado mis aficiones aparcadas y me he puesto a ensayar, con vestuario y todo lo necesario.
El primer pase ha sido un desastre, me he liado en el texto y tenía la misma naturalidad que una gamba de plástico.
Entonces he decidido empezar desde cero, me he ido a la salita de casa, he hecho un repaso completo y detallado del texto, dándole fluidez y siguiendo un hilo conductor.
Después de nuevo he ido al baño y he hecho un pase completo, he acabado más contento, luego he hecho otro y lo he grabado con el móvil.

Nota importante: Hablar natural pero no malaguita y no enfadarme nunca, empezar de buen rollo hace que lo mantenga todo el rato.
Ha sido, raro, pero apasionante, ver a un tío normal, que no era yo, pero no notaba que estaba actuando. Ya digo me he quedado tan alucinado, que he vuelto a repetir el texto y lo he vuelto a grabar.
La segunda versión ha quedado bien, pero no igual que esa primera vez.
Así que ahora, ya digo, estoy a mil, estoy muy contento, con ganas de arreglar todo, dejarlo todo listo y que llegue mañana para quemar calle Ollerías, porque El trono va a triunfar.
PD: Toda esta emoción tengo que controlarla y dar esta noche y mañana dos o tres repasos del
monologo antes de irme. Si no me entran
las inseguridades y la cago.
Cagarla en el trono.
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