viernes, 2 de octubre de 2015

CARRERAS, ORDENES, LIOS, RISAS Y COMPAÑERISMO EN EL CERVANTES.



 Hoy ha sido mi primer día de clase, como profe de teatro. Y la verdad que gracias a los consejos y ayuda de mi amigo Dani, ha salido todo a la perfección.

Fui a clase con buenas energías y al ir todo tan bien, salí del cole cargado de positividad. Con lo cual, llegué  al  Teatro Cervantes con muy buenas vibraciones   y unas  ganas descomunal.

 Ya el he hecho de moverme en el Cervantes me gustaba, pero ahora con   la adrenalina a tope  todo iba mucho  mejor.


 Llegué saludé y rápidamente me fui al escenario.


Ufffff ese Cervantes visto desde el escenario, tan grande, pero tan pequeño y tan coqueto a la vez.

 No estaba nada nervioso   me sentía el dueño y señor de dichas tablas.

 Al poco de llegar, vi que algo gordo fallaba, se nos presentaba  un gran problema. Entre el  ciclorama, el telón, el piano, los micros y las luces,  los movimientos marcados serían difíciles de realizar. Así que uní a mi gente , urgentemente y empezamos a ensayar como pudimos.

Las condiciones no eran las mejores, los músicos por un lado, los técnicos de luces por otro, de pronto llegaron  los de sonido, los cantantes, el pianista, los pregoneros y hasta la Legión!!!  Todos  intentando ensayar y nosotros en medio....

Pero debo  decir que nos  trataron muy bien. Intentando,  siempre, dejarnos espacio para poder ensayar, poniéndonos las luces para nosotros..

Desde aquí gracias Antonio por dejarnos ensayar mientras tú lo hacías con tus músicos y gracias también a Manolo, el pregonero, por dejarnos hacerlo mientras calentaba y se concentraba para su pregón y en medio de  todo eso el tenor  Luis Pacetti,  mi antiguo profesor de canto.

 Que placer y honor compartir tablas con él.  Que orgullo. Hace poco alumno y profesor y ahora colegas.

 Hasta el mando de la Legión, tras mi solicitud  acortó  su ensayo y  nos cedieron  su tiempo  a nosotros. No se de mandos por tanto no se su cargo. Por  cierto son  unos tíos encantadores.
 Listo todo y con un Ismael muy nervioso, como buen profesional,  nos fuimos a descansar.
 Mi pie ya no podía más y me  senté a reposarlo y de pronto mi  camerino se fue llenando de  gente, de buena gente.

 Que buenos momentos hemos pasado, que peché de reír con Ángeles y ese grupo de actores jóvenes, que tienen tanto que dar.  Desde aquí les reivindico más oportunidades y mejores para  Cisco, Javi, Santi, Fran y Tony.

Y  a las ocho tras irse la banda, a su lugar en el teatro, todos nosotros nos fimos  al escenario...

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