lunes, 12 de octubre de 2015

MI PRIMER TITIRE, ACTUAR SIN ESTAR.



Nerviosito iba. Vale diréis, este siempre está igual, todos las entradas las empieza hablando de sus nervios, ¿es el blog de un actor o de un psicólogo? Os preguntareis.

Según Concha Velasco un buen actor/ actriz debe sentir nervios siempre antes de salir a escena o de iniciar un proyecto. Sino no es buen actor. Alfredo Landa  dejó de actuar  cuando dejó de ponerse nervioso antes de empezar, así que, se supone que eso de los nervios es normal.
 
Pero esta vez, eran los nervios de un principiante. Iba a reunirme e involucrarme en un proyecto ya muy formado, en un grupo muy unido y con una técnica muy trabajada y yo llegaba de nuevo y me sentía eso, el nuevo, el inexperto y llevaba ese nudito en el estomago de lo nuevo y desconocido.

Dicho esto diré que no tenía razón de ser, porque el grupo está formado por grandes actores. Pero actores con los que yo he trabajado antes y que son grandísimas personas y colegas, Juan, Álvaro, Andrea, Rafa… y dos nuevos Eva y el director, Chema, que es el que  más nervios me provocaba.

Empecé mal porque llegué seis minutos tardes,  los pillé terminando de desayunar y tras una pequeña charla, donde me di cuenta que estuve más pendiente a hablar con mi amigo Álvaro que comentar cosas con el dire, nos fuimos a la sala de ensayo. Una sala enana pero que pronto se llenó de arte.

Cuanto me gustó el ambiente que allí ví, profesionalidad, cariño y colegueo entre sus miembros. Me encantaba ver a Chema, viviendo cada escena y cada momento, mientras daba indicaciones a sus actores o como Juan, Álvaro o Andrea se metían y salían en sus personajes con toda facilidad.

Qué placer volver a unirse a Andrea, si en Don Quijote me impresionó, aquí no fue menos. Además en esta pieza, tengo el placer de estar dentro de ella, no penséis mal, entre los dos hacemos los movimientos del títere del personaje de Polonio. 

Al principio estaba un poco cortado, todos sacaban y tocaban los títeres de sus baúles yo no me atrevía pero cuando al final, Andrea y yo trabajamos la escena con Polino fue genial. Es impresionante como das vidas a algo que no la tiene y como, ella y yo somos una sola  persona un solo ser. 

Yo solo soy la mano de Polino, pero te sientes parte del personaje y que todo se hace  entre los dos. No se, pero  es una extraña sensación,  preciosa.

 Sentir que creas algo de la nada, que das vida a algo que no la tiene, trozos de telas y papel toman vida y tus ayudas a ello.

Además, por primera vez en mi vida de actor, me pasó algo que siempre dicen los directores pero a lo que yo nunca he llegado  a oír, por fatiga y es la frase: “tu dame que si te pasas yo te cortaré, pero lo que no debes hacer nunca es dar de menos y quedarte  a medias”. Pues eso me pasó a mí, por primera vez, me crecí moviendo la mano derecha de Polonio, que Chema me cortó y redujo los movimientos.

Luego me enteré que también manejaría títeres solo y con Rafa, qué más puedo pedir.


Mientras iba a casa, iba satisfecho y dando gracias a Dios, por conocer a tantas personas y poder aprender tantos métodos de trabajos,  Nora, Salva, Edu, Alberto, Chema, todos muy diferentes muy diverso y donde tienes que adaptar tu forma de actuar, crear y trabajar de forma mu distintas.

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