lunes, 18 de septiembre de 2017

ASÍ FUE MI PRIMER ENSAYO DE REENCUENTROS.


Llevo ya un rato en casa, bueno realmente, llevo  tres horas. Estoy tumbado viendo TV. Debí haber escrito sobre mi primer ensayo en el cementerio de San Miguel, hace rato, pero ha sido todo tan rápido, que no sé que poner.

Ha sido tanta información, tantas caras, tantas personas, tantos gestos de cariño, tantos abrazos sinceros, tantas ideas de montaje de última hora, tantas peticiones de consejos, tantas risas, ¡Vamos hasta un perro! Han sido tantas cosas las que han formado parte de estas dos horas en el cementerio, que estoy un poco en shock y no sé cómo ordenar mi cabeza.

El ensayo de hoy, domingo 10 de septiembre del 2017, iba a durar desde las 19 a las 21 y así ha sido, eso es lo primero que me ha sorprendido y mucho.

Hemos estado trabajando desde primera hora. Hemos llegado casi todos a la vez, hemos entrado y Edu nos ha puesto a trabajar. En un principio nos ha costado ponernos, porque nuestro lugar de actuación es el centro, a la puerta de la capilla y allí es el punto de reunión de todos y entre sus charlas, sus saludos y etc. No podíamos ensayar.

Hemos hecho un poco de lectura y repaso previo del texto y luego a montar. Edu ha dejado en mis manos el montaje de dicha escena, eso sí, siguiendo las pautas de su guión.

Me he detenido más en el principio porque es donde interactuamos, Toni, Paula y yo y por ello, donde hay que coordinar más movimientos. Tras irse Paula y dejar esa escena, Rakel y yo empezamos nuestra parte. Resolvimos dudas con Edu y empezamos a montar.
 
Y el resto de la tarde, la hemos dedicado a montar y a dejar claro nuestras acciones en cada mo¬
mento. Mi personaje es invidente y he ensayado, muchas partes, con los ojos cerrados. Es muy complicado, me genera mucha inseguridad. Aunque sabía dónde estaba y que no había peligro, andaba muy inseguro como al borde de un abismo. De hecho, me sabía el texto pero me sentía muy, muy, muy, torpe, tanto en movimientos como en texto.
 
Trabajo con: Paula que no la conozco, pero se le ve muy abierta y con ganas de participar en todo. 

Con Toni, que si lo conozco y he actuado con él, pero no me acordaba, je,je,je. Es un gusto y estaba deseando repetir, je,je,je. Es grande y además me ha hecho unas fotos preciosas para este reportaje. Que cansado estaba, ya, de tanto selfie.


Pero mi revelación ha sido Rakel, que haciendo un inciso está súper delgada y súper joven, en todo momento ha estado muy abierta  a todo y muy divertida. No hemos parado de reír. ¡Qué divertida y que buena compañera es! Gracias Rakel por tus consejos sobre las personas invidentes.

Trabajo también con una perra, Duna, ella ha venido a vernos. Qué pecha de reír me he dado con su llegada y también me he reído mucho cuando Rakel ha comenzado a trabajar con ella, su cara era un poema. Gracias a Duna,  he quedado, según palabras de Carolina, como el cagón oficial del grupo. 

Ha sido una tarde de trabajo pero también de reencuentro con muchos amigos y compañeros. La primera fue Mariangeles, que me la encontré de camino y me fui en su coche con ella. Qué contento me pusieron tus proyectos. 

Después llegué y los primeros en saludarme y también los primeros en llegar fueron, Juanjo, con esas caras, esos ojos y esa sonrisa picara, que pone, que sin hablar lo dice todo. Las echaba de menos la verdad y Librada, que hacía tiempo que la tenía como amiga de Facebook pero nunca habíamos hablado en persona.

Luego fueron llegando,Gloria con su pedazo de abrazo, solo comparable al de Toni. Ambos cortaron mi conversación para venir rápido a saludarme. Qué ricos son, que los echaba de menos, todo el verano quedando y no lo conseguimos y para rico Alex pero lo noté muy cortado al igual que a Ismael.

Una vez dentro, empezamos a ensayar y de pronto escuché un grito, un gran grito que ni Rocío Jurado en sus mejores tiempos, era la grandísima Ana Luz, que alegría me dio verla, con que mimo me habló, con que arte me saludó. Vamos tanta fue su alegría que de pronto sentí como mis pies, se despegaban del suelo, me levantó en brazos. Repito que mujer más especial y Julia qué dulce y cariñosa.

En pleno ensayo, llegó Ana, mi Anita, otro abrazo, este calido y salido del corazón, lento y sentido, a partir de ahí con solo tres palabras, nos contamos todo lo que nos hacia falta saber el uno del otro.

Estando en los saludos apareció mi Luisa, que me dijo: “Solo llevas dos minutos aquí y has llenado todo el cementerio” con esta casi ni hablé y ni falta que me hace porque  con la mirada nos lo decimos todo.

Pero aquí no acaban los encuentros, antes de irme y mientras hacía fotos, me encontré con los más gamberros del cementerio, Carolina y Toni. Cuanto me reí con ellos, ya digo, son dos gamberros y muy gamberros.

Y así, cargado de indicaciones, pero sobre todo, cargado de cariño y de reencuentros, me volví a mi casita, eran las 21: 15.



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