domingo, 8 de noviembre de 2015

ANTES DE DANZAR CALENTANDO CON BUENA GENTE.



 El previo a las actuaciones de Danzas con la muerte, en la Sala Up del Teatro Alameda, el martes 3 de noviembre de 2015, fue muy bueno y muy relajado.


No fue la típica situación en las que unos y otros van y vienen, compañeros, técnicos, nervios, para nada, el teatro estaba vacío, ese día no había nada más programado  y mis compañeros estaban casi todos en escena y yo solo en los camerinos, con Cisco, Marian y de vez en cuando entraba  Ángel con su pantalón manchado, o sea,  rodeado de buenas gentes.



Un día más mis niños del colegio se portaron de una  manera que me sorprendieron gratamente, con una sonrisa de oreja a oreja, especialmente porque se me han apuntado muchos más niños, llegué al centro.

Paseando y oyendo mi música, llegué a mi cita con  una infusión  y con Cisco, donde arreglamos, una vez más, el mundo teatral y después  caminando, relajado, al Alameda, de nuevo a mi querida y amada Sala Up. 

Recuerdo con cariño ese momento, porque una vez más, veo que el teatro es una parte de mi vida y tengo una  actuación, pero se integra como una parte más de mi vida y eso me gusta y mucho.

Llegamos y aun no había llegado parte del elenco, por tanto, fuimos al camerino, yo estuve realizando mi momento  favorito,  el rito de organizar y ordenar el vestuario y luego a esperar.

El mejor momento de la tarde-noche, fue mi momento con otra buena gente,  Marian. 

En cuanto llegó comenzó a maquillarme y ese fue todo mi momento, estar allí sentado en el camerino mientras ella me maquillaba, eso evitó que estuviera durante las pruebas de luces, preparación de utilería, por tanto, estuve muy relajado.

Estaba allí en mi nube, junto a Marian, contándonos cosas de nuestras vidas, aspiraciones, esperanzas  y demás. 

Me encanta las intimidades que se coge, tan pronto, en el mundo del teatro con ciertas personas. 
Conozco a Marian desde hace tiempo, pero no había podido dedicar tanto tiempo a charlar con ella.  Me pareció un momento muy bonito y me gustó mucho como persona, amante de su trabajo, el cual hace con mimo y cariño, una mujer muy tranquila, despierta, clara  y  con un gran sentido del humor.

Al acabar me vestí y esperé mi momento para salir, estaba excesivamente tranquilo, demasiado diría yo.

Todos mis compañeros salían desde el publico, con lo cualme quedé solo y ya si empecé a ponerme un poco nervioso, pero cuando entré en la sala adjunta a la up y olí ese olor a almendra, no sé, pero a mí me huele a almendra, me vino a la mente Los Timadores y A saco con la psico y recordé tan buenos momentos que me llené de ganas e ilusión, otra vez, estaba allí.

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