domingo, 1 de noviembre de 2015

EL CAMAROTE DE LOS HERMANOS MARX.



Yo no quería llamar así a esta entrada, pero desde ayer todo el mundo llama así a nuestro “camerino”.  Aunque yo diría el baño de los hermanos de negro, ya que no sé por qué motivo todos los personajes, antes de salir como sombras, iban vestidos de negros.
Anoche, fue la noche de Halloweed, era sábado 31 de octubre de 2015, y el Club Social el Candado celebró una cena, donde entre plato y plato se representaban escenas de miedo y terror.

Bueno pues si tengo que definir la actuación de anoche debo hacerlo, en una tabla con dos columnas una llamada “dentro” y otra “fuera”.

Pues bien, en la columna de “dentro”. Os explico primero lo que significa.

 Actuábamos durante una cena pues bien, entre plato y plato actuábamos y mientras los comensales degustaban los platos, teníamos que esperar en nuestro “camerino”.

Y nuestro “camerino” era; el baño para minusválido del local, de donde no podíamos salir, mientras el público comía.  
 Decorado, con un lavabo y un espejo pequeño que usamos para maquillarnos, un wáter usado como asiento, un montón de cajas de vinos que era el único lugar donde podíamos dejar nuestras cosas, una ventana donde colgar nuestro vestuario, una silla que metimos nosotros para poder sentarnos y una lamparita pequeña. 

Si queríamos tener luz debíamos tener la puerta cerrada, parar que no se viera fuera, pero hacía mucho calor y si abríamos la puerta debíamos estar a oscura, solo con una pequeña lamparita, pues bien, ahí pasamos desde las nueve de la noche hasta casi las doce, en teoría suena fatal ¿verdad? pero en la realidad se hizo muy corto, parecía que estuvimos, ahí, diez minutos.

El ambiente fue fenomenal, según la escena que tocara, dentro estábamos unos u otros, pero estuvimos todos pendiente de todos, el  momento en el que estábamos todos y yo sentado en el suelo, fue genial, de hecho cuando salimos en la última escena, me dio pena dejar ese lugar.

Gertru estaba, otra vez, soberbia me tuvo entretenido toda la noche, que pecha de reír, haciendo la cruz en la silla para que nadie se la quitara, con sus fotos fabulosas, sus comentarios de doble sentido, sus palabros raros, etc., Cisco que parecía una vaca en una cacharrería, debíamos estar en silencio y no hubo modo de mantenerlo en silencio, cada vez que se movía hacia ruido, y todos regañándole, que arte, mi Alba como siempre genial y Ángel y su hambre y sed constante, o sea, que un gran equipo.
Y si os explico el “fuera”, os diré que tras ese ensayo tan nefasto, en cuanto a texto, me pasé todos los previos repasando el mismo.

Debo decir que la ambientación era magnifica, el público estuvo en todo momento muy pendiente a nosotros, aunque hubo momentos en los que los oímos reír, yo creo que era como defensa de su nerviosismo, de hecho cuando yo grité a una señora en su cara, su comentario fue: “ostra me ha asustado” y se puso a reír, con lo cual entiendo que su risas no fueron de broma sino, por nerviosismo.

Me sentí muy bien en casa salida, me sentía  tranquilo y relajado, no estaba todo muy ensayado, ni el personaje muy pillado, porque al ser un texto tan dificil y lleno de cultismo, me  impedía tener libertad y una seguridad del cien por cien, que le diera fluidez, por tanto, improvisé muchos movimientos y tiré del malo de voz fuerte y regia. Aunque noté que  dos palabras no las dije bien y hubo una pausa que cortó el sentido de la frase.

Mis monólogos los hice, hablándole al publico directamente y eso, me encantó, aunque fue un poco improvisado y las relaciones con mis compañeros muy bien, especialmente con Gertru que de nuevo en un momento llegó a emocionarme y eso me ayudo a ser un más duro con ella y decirle todo gritando me gustó mucho.

Fue una actuació muy digna, donde todas las salidas, entradas y movimiento de utillería estuvo

controlada, tras acabar nos cambiamos y corriendo para el centro a celebrar, obligado por Alba, Halloweed.



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