Esperemos que este dicho popular sea cierto, porque el
ensayo general, hoy lunes 2 de noviembre de 2015, de la pieza, Las danzas de la muerte, en la sala up del Teatro Alameda, ha sido muy malo, más que malo horrendo, pero
especialmente para Gertru, la pobre se ha caído bajando una escalera y se ha
torcido el pie.
Hoy era festivo, estaban las calles vacías, hacía frio,
estaba nublado y yo para ir metiéndome bien el papel, iba calentando el
personaje, porque realmente iba camino al ensayo como un zombi, como un
autentico autómata, siguiendo mi camino, pero sin alma.
Entré al ensayo, por la puerta trasera del teatro y cuando
subí, aparecí inesperadamente, en el hall
de la sala up, lo que sorprendió mucho a mis compañeros.
En cuanto llegó Alba, Edu, el director, nos estuvo
comentando un poco como iba a avanzar la pieza. Tras la representación en el
club social del Candado esta había
sufrido una pequeña transformación y Edu nos lo comentó. Se iban a mezclar
textos de ambos lugares.
Mientras estaba allí sentado, descubrí que no solo yo había ido como un zombi, sino que aquello era un aquelarre, pues todos
estábamos igual de cansados y con la misma cara de muerto.
Cuando Edu acabó nos fuimos para la sala. La llegada de Alba
no fue mucho más espectacular, también estaba reventada, pero ella venía
cargada de creatividad y comenzó a idear la forma de enlazar las escenas, de
montarlas, de los movimientos etc.
Yo tenía la creatividad bajo cero y estuve más bien de
espectador. Había que crearlo todo y ambos estuvimos haciéndolo juntos, pero yo
fui una ayuda de ella.
Hicimos un pase para montar y otro ya en serio, pero en ese
pase fue cuando Gertru cayó por las escaleras. Fue un momento muy tenso, puesto
que no reaccionaba, pero en menos de cuatro minutos estaba en pie y deseando
seguir.
Debo decir que Gertru fue la chispa, una vez más, del ensayo, no paraba de hacer bromas, chistes
y comentarios, lo que hizo que todo fuera
mucho más llevadero.
Incluso al poco de
caer ya quería ponerse en pie y en ningún momento se le pasó por la cabeza el
suspender, es una monstrua.
Pues bien, con el mal rato de su caída, acabamos el pase y
nos volvimos a casa, yo llevaba una sensación de vacío y no sé el por qué.
Tienes toa la cara del de Santa Cruz en esta afoto...
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