Esta entrada no quiero hacerla, es muy egocéntrica.
Antes de empezarla os pido perdón, pero voy a alimentar mi
ego.
Os voy a contar que ocurrió el viernes 15 de enero de 2016
en nuestra primera actuación de A saco
con la psico, de las tres programas en La Cochera
Cabaret.
Voy a dividir en partes: Lo primero y lo más importante
hablar del público. Yo no sé si Nora les pagó, o era una cámara oculta, pero el
viernes no estaba claro donde estaba el espectáculo si en el publico o en el
escenario, estuvieron pendiente de la obra al 200 por ciento.
No era un público muy
numeroso pero entregado en su totalidad.
Al principio, me pareció un público muy serio y difícil,
pero no había pasado ni tres minutos de obra, y no exagero, y el púbico lo teníamos
en el bolsillo. Se creó un todo, entre todos que fue muy especial.
Desde el primer momento y comienza el tema del egocentrismo, el público se encariñó
con Pablo, mi personaje, tanto, que mientras actuábamos se oigan gritos a favor de él,
consejos, impresiones en voz alta, risas, chistes, comentarios, incluso los
aplausos pararon la obra en varias ocasiones.
Cuando subí al escenario, me sentí un poco perdido, las
luces, las dimensiones de ese escenario, me descolocaron un poco, pero… En mi
segunda intervención estaba, ya, tan a dentro, tan metido, que sentía que Pablo
estaba ahí.
Improvisamos lo más grande, sin perder la esencia, jugamos
con el texto de una forma excepcional. Podíamos decir chistes y volver a
sacarlos un rato después, sin por ello perder el sentido de los personajes o de la pieza.
De hecho en alguna que otra ocasión vi a Nora, entre bambalinas,
que se iba a los camerinos porque no aguantaba la risa.
Siempre he tenido un problema, que en la Escuela me criticaba
mucho y era el dirigirme desde el escenario, o sea, estar pendiente de la
actuación como actor y autocriticarme desde el escenario, algo que hace que
pierdas el personaje y el hilo de la pieza.
Pero en un libro de Chejov, que leímos en la ESAD, decía que
el grado máximo de una actuación era cuando el actor podía ver al personaje
desde fuera, o sea, no auto dirigirse, sino hacer al personaje tan suyo, que
mientras actúa, lo ves desde fuera.
Y así me sentí el viernes, estaba tan metido, que me
permitía jugar, actuar y verme desde fuera para saber por dónde iba todo.
De hecho en un momento, que es muy físico, me vi en ese escenario y me
dije: “Lolo estas en esta sala alternativa,
donde van, esas obras que tu veías antes y envidiabas y ahora estas haciéndolas.”
Punto segundo. Si me lo pasé bien fue gracias a Steven, que tío, que grande, esos ojos, esa fuerza, esas respuestas
vivas, esa escucha, que fuerte.
Durante toda la pieza me llevó por un viaje, emocional, impresionante. Gracias a él pasé de admirarlo, a odiarlo, enfadarme, a calentarme, a sentirlo
como un amigo de siempre, como un compañero, como un todo. Me lo dio todo. Eso es lo que se consigue por trabajar con un maestro.
Y en tercer lugar quien si debo decir que me vino a la
cabeza durante a la actuación fue mi madre y Lina Morgan.
Os explico:
Para crear este personaje me basé en ciertas cosas en Lina,
nadie lo notó o al menos nadie me lo dijo. Excepto mi madre que cuando me vio, me
lo comentó. Que inteligente es.
Pues ayer hice uno de
los gestos inspirado en ella y despertó la risa del público y me acordé de mi
madre y me dije: “Lina tan denostada por
la profesión del teatro, sigues haciendo reír al público, Lina eres como el Cid, después de haber fallecido,
sigues haciendo reír al público y sigues subida en un escenario a través de mi.”
Y para acabar conclusiones.
Los cambios que incluyó Nora, me hizo pasarlo de maravilla.
La obra me pasó en un segundo, porque todo surgía solo.
Por último mi ego vuelve a escena. Hugo, hermano de Nora, me
dijo al marcharse: “Lolo hoy le has
ganado a Steven”.
Lo siento pero quiero decirlo, porque Steven es mucho más
que un actor y Hugo es muy sincero, así que, el viernes, me gané mi Max de teatro, particular.
Ni ego de porras fritas, si tu haces bien tu trabajo y lo comentas eso no es ego es una realidad y el que se indigne pues es su problema por ser un pringao y no saberlo reconocer.
ResponderEliminarEres un increíble actor¡ me hicieron reír, llorar y soñar. Felicidades¡
ResponderEliminarSoy Nora ;)
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