jueves, 17 de noviembre de 2016

" LLUVIA FINA" Y DOS PIROPOS DE NACHO ALBERT.


Este no era el nombre original de la entrada, lo que tenía pensado  poner era,  los dos piropos con los que el gran Nacho Albert, dramaturgo y director, muy premiado tanto a nivel nacional como internacional (de eso me he enterado hoy, miercoles 16 de noviembre del 2016) se ha despedido de mí. Pero tras decírmelo, he llamado a casa, he hecho planes, he hablado con el técnico de luces  y se me han olvidado, pero era algo como: “enhorabuena, has estado estupendo, enhorabuena, has estado muy  bien”, no sé algo así.

En la actuación anterior,  el pasado mes de abril,  no se despidió de mi  así, por tanto, está vez  si lo ha dicho es porque lo ha sentido de verdad y sin ser egocéntrico,  hoy yo estaba muy seguro, con muchas ganas y  realmente no he estado nada mal.

Como dice mi amiga Luisa:" Yo no soy Concha Velasco" ni jamás llegaré a ser como ella, ni a actuar así. Pero creo,  que con paso más firme, seguro y confiado con el que yo he pisado  hoy el escenario  y me he movido por él, no lo hace ella.

Es que estaba deseando salir, estaba deseando que el texto avanzara y llegara mi momento de actuar.

Antes de empezar, estábamos,  los chicos del grupo, Nacho, Fernando y un servidor, esperando entre bambalinas, es decir,  tras unos paneles negros, a que entrara el público y la decana hiciera nuestra presentación. Ahí me puse  muy nervioso, pero  grandes profesionales como esos, se pusieron a hablar de otros temas y me relajaron.

Había muy  poco público, pero justo antes de empezar, la sala, de unas 150 butacas, se llenó hasta la bandera.

Se apagaron las luces y salimos.

La realidad acabó ahí y comenzó el sueño, 60 minutos de magia e irrealidad.

Se estrenaba la versión " lectura dramatizada" de Lluvia fina y mi primera lectura dramatizada.

Yo soy un gran defensor del teatro entre el público, del teatro sin tarima. Pero hoy he vuelto, después de  casi nueve meses, a realizarlo  en un teatro a la italiana. Pero esta vez, sin vestuario, sin movimientos, solo con gestos e interpretación, o sea,  actuación en estado puro. Y me ha encantado.

Estaba deseando que Nacho terminara la introducción,  para iniciar mi primera intervención, que es casi un monólogo. Y desde el segundo cero, he enganchado con el público. No sé si ha sido mi actitud, mi forma de colocarme, no sé, pero ha sido salir y notar los ojos de los alumnos clavados en mí, pero con buen rollo, con aprobación. Había conexión entre nosotros. Es más casi al final he provocado algunas risas.

Acabada esa intervención me puse nervioso, mientras mis compañeros leían,  me temblaban, un poco, las manos pero al segundo estaba relajado y deseando salir otra vez.

En la segunda intervención el público ha reído de verdad. La obra es muy dura y he notado que mi salida ha sido recibida con ganas, como si fuera  un soplo de aire. Esa es la misión de mi personaje y lo he conseguido con creces. De nuevo miradas amigas y risas.

La tercera es la más corta pero de nuevo han reído.

Y mientras esperaba  la cuarta y última intervención, me ha dado mucha pena, porque estábamos acabando y se me había hecho muy corto.

El final ha sido la caña, la gente se ha reído mucho con Simón y han estado muy pendientes a mí.
Gracias Adri por ayudarme a actuar con tus miradas, gracias Fernando por tus miradas cómplices cuando te volvías hacia mí, gracias Pepa por ese guiño en el escenario y ese humor en bambalinas y gracias Nacho por tus piropos.

No quiero acabar sin mencionar al público, estudiantes de magisterio, yo esperaba a los típicos estudiantes que íbamos a esos eventos por saltarnos, legalmente, horas de clase. Pero para nada, estaban  entregados en cada momento, reaccionando con gestos a cada cosa, riendo en los momentos ligeros y silencio sepulcral en los duros. Y lo mejor de todo, al acabar, los aplausos  poco a poco se fueron convirtiendo en ovación y bravos.

Y luego ha habido una conferencia, donde al filo del escenario hemos participado como actores, otro sueño cumplido. Eso lo vi  en el Teatro Cánovas y  ya lo he hecho.

SATISFACCIÓN, HE DICHO.

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