jueves, 30 de diciembre de 2021

KARPIS Y SUS ELEMENTOS II: SU COCHE.

 

Este es el otro elemento material que fue esencial durante el estreno de La noche del recuerdo del sábado 21 de agosto de 2021.

Como hacía 5 años, Karpis entraría  al cementerio en coche y armando jaleo. Esta vez al no tener actrices de acompañamiento, se haría usando un altavoz a todo volumen con la música de Las Grecas, ambientando así los años 70.  

Pensé que como en aquellas ocasiones, el coche, el conductor y un servidor sí esperaríamos en la calle y cuando nos avisaran, el coche irrumpiría por sorpresa en el interior del cementerio dejando a todos con la boca abierta.

Pero tampoco, esta vez Edu nos dijo que no, que lo haríamos desde el mismo cementerio... Pero... mientras esperábamos... ¿Dónde metíamos el coche?.

Mi compañero y yo gastamos uno cuantos minutos del previo dándole vueltas al asunto. 

Si el público entraba por un extremo de la calle Santa Isabel y nosotros teníamos que actuar casi a la mitad de esa calle, lo lógico era que aparcáramos el coche en la transversal, o sea, en la calle Santa Ana.

Si lo poníamos en el lateral derecho de esta, estábamos justo donde Adri  hacía el primer monólogo y allí no podíamos estar, pues no solo se perdería el factor sorpresa, sino que el público estaría más pendiente al coche que a mi compañero. 

Pero si lo hacíamos en su parte izquierda, molestaríamos a los grupos que se iban, pues para salir debían pasar por allí. Ya no se rompería ninguna sorpresa, pero si la magia, pues no está bonito irte de una visita y ver al actor a su bola descansando o hablando con el compañero.

En  resumen que la única solución  y la más factible que vimos era quedarnos en un extremo de la calle Santa Isabel, el efecto sorpresa era nulo, porque en cuanto el público aparecía nos veía, pero no podíamos hacer nada más.

Además, tuvimos que poner mucho ahínco para encontrar el lugar concreto  donde aparcar en dicha calle, porque según donde se pusiera el coche, podíamos ser vistos mientras  los grupos  hacían la visita, así que tuvimos que buscar un lugar muy concreto frente a las animas y  donde quedábamos escondidos entre panteones.

La verdad es que tener un coche donde esperar sentado, donde, antes de actuar, puedes soltar tu móvil, cambiarte de mascarilla y dejarlo todo en el asiento trasero, seguro y sin problemas de perdida, es un lujo, pero esconder ese mamotreto para sorprender al público fue complicado y sinceramente no se consiguió. Además al recorrer tan pocos metros con la música puesta, no se creó el ambiente de fiesta del 2016. 



 

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