jueves, 30 de diciembre de 2021

KARPIS Y SUS ELEMENTOS I: SU SOMBRERO.

 

Antes de meterme en faena con la actuación en sí, quiero hablar de 2 elementos materiales que la tarde/noche del 21 de agosto del 2021, fueron esenciales en el estreno de La noche del recuerdo

El primero de estos fue su sombrero:

Otra vez os voy a hablar del jueves 19 de agosto del 2021 y de cuando bajé del coche de Javi Zumaquero. Sabéis que olvidé la bolsa de papel con la camisa de Rafael Echevarría, la botella de agua y el gorro de Karpis, pero este no me preocupó, o eso creía.

Yo sabía a ciencia cierta que tenía uno idéntico, guardado en el altillo del ropero de la salita de casa junto a un macuto con pelucas y vestuario. Es más este tiene casi 10 años y me lo regaló mi amigo José y ha tenido el honor de compartir escenario con Mónica Naranjo.

Pero cuál sería mi cara cuando la mañana del viernes 20 de agosto voy a buscar el sombrero y no está en el lugar esperado, pero la cosa fue a más pues me pasé casi 24 horas, literal, deshaciendo cajones, rebuscando armarios y subiendo y bajando al altillo. ¡¡¡ Todo el día detrás de él y nada!!!.

¡¡¡ Como le iba a decir a Eduardo el sábado 21 que Karpis no tenía sombrero porque este estaba de casa rural!!!.

Javi partía de viaje el viernes 20 por la mañana muy temprano, y aunque el muchacho diseñó mil planes para darme el sombrero antes de irse, le dije que ya no lo mareaba más que lo dejara en el coche para no perderlo al fin y al cabo yo tenía otro igual.

Después de muchísimas campañas de búsqueda, llamé a la desesperada a mi María José y mi Luisa por si tenían algo igual y nada, buscamos entre mi madre y yo otra opción... y nada.

Pues la misma mañana del sábado 21 de agosto del 2021, ya derrotado y con una excusa un poco flaca para contar a Eduardo, me da por sacar todas las sábanas, bolsos y  chaquetas de una parte del armario de mi madre y ahí estaba él mirándome.

No sabía si pisotearlo o comerlo a besos. Al final no hice ninguna de las 2 cosas. Lo intenté aplanar que estaba regulero y por la tarde me lo llevé a San Miguel. Nadie notó que no era la estrella sino su doble.



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