martes, 28 de diciembre de 2021

DOBLETE I: LA SONRISA Y EL MONOPATIN.


El gran refranero español siempre tiene uno para cada momento y para esta ocasión era " Por mucho madrugar no amanece más temprano".

La preocupación de este doblete empezaba una vez que acabara el primer pase y no terminaría hasta que llegara al jardín. En ese espacio de tiempo el reloj lo tendría como tatuado en mi piel. 

Pero hasta ese momento yo no podía hacer nada, era una tontería andar estresado, nervioso o llegar más temprano a los sitios. Tenía que disfrutar, ya vendría el momento de tensión y preocupación.

Como el día anterior todo me fue muy bien,  hoy lo haría todo igual. Me refiero a horarios y demás.

Así que a las 18:20, tras una siestecita y merendar, comencé a maquillarme en mi baño, luego me vestí mitad de Karpis, mitad de Lolo y revisé las bolsas. 

Las bolsas eran otro punto fuerte del día, pues debía llevar y no se me podía olvidar nada: El gorro, los zapatos y la guayabera de Karpis, la camisa y el maquillaje de Echevarría y la ropa de Lolo, ya que de vuelta del jardín no me iba a venir vestido de negro y con pantalón largo.

Pues tras 20 minutos de preparativos, a las 18:43 h, iniciaba mi camino hasta calle Litoral, para esperar el inicio del primer pase de Siente Málaga con sus artistas.

Como las calles no son de nadie, la Litoral tampoco y la hice mía. Los del restaurante se creían que era suya, pero no, el jueves 19 de agosto del 2021, fue del menda.

La convertí en mi camerino, en mi amplio y exclusivo camerino. 

Es cierto que está vez Edu, nos ofreció un lugar cerrado para cambiarnos y así evitar estar literalmente "tirados" en la calle.

Nos cambiaríamos en el museo Revello de Toro,y previos a salir nos haría una sesión de fotos,  pero para eso había que estar sobre las 17:00 h. en el centro, o sea, más de 2 horas antes de mi actuación. Verdaderamente le agradezco la gestión, pero para mí no era una opción viable.

Tendría que esperar muchas horas y el doblete me impedía volver al museo para cojer mis bolsas. 

Así que me fui a calle Litoral. Antes de las 19:00 ya estaba allí y fui recibido por una chica que se encontraba sentada en un escalón disfrutando de un pitillo.

En cuanto me vio llegar, se le dibujó una gran sonrisa en la cara y me saludó acompañado de un : "¿ Qué tal?". Como intentando iniciar conversación

Yo le respondí con igual amabilidad y sonrisa. 

Como convertí esa calle en mi camerino, tras saludarla, ni corto ni perezoso empecé a hurgar en mis bolsas, a quitarme la camiseta, ponerme la guayabera, cambiar los tenis por los zapatos blancos y rematé poniéndome el sombrero.

La cara de ella era un poema,  reflejaba un :" Este ¿quién leche es?". La pobre al verme venir vestido de negro, en tenis  y con bolsas en las manos se pensó que era un camarero nuevo que venía al bar y quiso ser la compañera amable, pero luego se quedó muerta. Je, Je, je.   

Ordené mis bolsas y empecé a grabar videos del monólogo. Quería conseguir fotos para estas entradas y sin querer, lo hice más lento.

Al hacerlo más lento, el texto se llenó de realismo, de naturalidad, de entonación y gestos muy reales. Eso era lo que estaba buscando, de hecho quería llevar todas esas novedades a los dos pases.

Por cierto, el que sí pasó y bastantes veces, fue un chico muy, muy joven con un  monopatín eléctrico. Daba vueltas y vueltas sin sentido por donde yo estaba, se paraba, andaba, desaparecía aparecía, algo me dijo que se enamoró de mis pobres bolsas que estaban sólitas en el suelo. 

De hecho antes de empezar, vino mi compañero que controlaba los tiempos y le pedí que no se separara de ellas durante mi actuación. 



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