viernes, 31 de diciembre de 2021

EL REGALO DE SANTA ELENA.


Por lo que se ve Santa Elena me quiere mucho, pues el domingo 22 de agosto del 2021 me hizo un milagro y 3 días después un regalo.  Este fue el ensayar la tarde del miércoles 25 de agosto del 2021, solos, mi María José (Santa Elena) y yo, durante más de 2 horas en su local cercano a la calle Cristo.

A ver no perdimos el tiempo, estuvimos trabajando sin descanso, aprovechando cada segundo, pero tampoco estuvimos las 2 horas ensayando, pues antes de empezar y previo a marcharnos, tuvimos nuestro momento de charleta y desconexión.

Inicialmente, esta quedada fue una propuesta de María José para poder agilizar los textos y tenerlos bien fijados. De hecho me propuso que nos hiciéramos algún tipo de señal al acabar nuestras intervenciones largas para saber que le tocaba al otro. Le dije que no era necesario, lo necesario era repartir más, más ensayos de verdad. Deciros que tras esa jornada ya no hacían faltas señales.

Yo iba con esa intención no pensaba marcar ni indicar nada, no por nada, sino porque mi cabeza era todo una amalgama de cosas y ninguna clara, ni personaje, ni relación entre nosotros, ni situación, ni nada. 

Empezamos con el repaso de textos. Repetimos una y otra vez nuestras partes en común, hasta que de pronto la creatividad me empezó a surgir, mi mente no paraba de sugerir movimientos, reacciones, gestos, entradas, salidas, colocaciones. 

El texto vacío y dicho como papagayos se fue llenando de contenido, de sentidos. Fuimos creando relaciones: De autoridad a sumisión, de miedo a odio pasamos a cariño, amistad conexión... Hicimos la curva emocional de los personajes.

Cuando se está relajado haciendo teatro de verdad, sin buscar o esperar ser el protagonista, con compañeros que quieren trabajar, sacar cosas y no hacer chiste o tomarse el teatro como un juego, se van creando cosas y se pasa genial. Mi María José es todo eso. Es un placer, se deja hacer, se involucra en todo y está abierta a todo. Pillaba las indicaciones en todo momento y no le importaba repetir.

Después de ir rellenando cada escena, la repetíamos 2 ó 3 veces y pasábamos a otra, así hasta completarlas todas. Una vez listas, se  volvieron a hacer varias repeticiones para asentar y que quedara fijado.

¡¡ Qué alegría de tarde!! Sin querer, con trabajo, dedicación y una buena compañera, me fui con todo montado. La pieza ya no la veía como un lago con cosas flotando, sino una casa perfectamente adornada, decorada y ordenada.

Tras esa magnífica jornada, me vine paseando a casa con la mejor compañía, la de mi María José, que me contó historias maravillosas de la calle Lagunilla.





3 comentarios:

  1. Esta foto parece de un columbario.

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  2. Qué maravilla Lolo. Para mí fue una tarde magnífica en la que aprendimos muchísimo el uno del otro me enseñaste mucho como siempre . Nuestros personajes que eran bastante difíciles y complicados quedaron por fin fijados personajes que eran bastante difíciles y complicados quedaron por fin fijados.
    Gracias Lolo por esas palabras tan bonitas que dice sobre mí pero yo de ti que puedo decir que eres un maestro, un guía y un gran compañero.
    Gracias a tus indicaciones y a nuestros ensayos salió también nuestro auto de Santa Elena. !! Tan complicado como nos parecía!!
    Fue una maravilla y me encantó poder representarlo junto contigo y nuestros demás compañeros.
    Gracias como siempre queridísimo Lolo.

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  3. Guapaaaas, es que se nota mucho quien hace teatro porque le gusta y lo trabaja y disfruta y quien para que lo vean y tu eres de las primeras.siempre es un lujo estar a tu lado. Ya sea en un escenario o dando un paseo, era grande y valiente besazoooo

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