jueves, 16 de julio de 2020

ASi FUE MI VUELTA A LAS TABLAS. "LAS RUTAS EX-CENTRICAS" I


Desde aquel sábado, 22 de febrero del 2020, que en Alhaurín de la Torre fui la Sebastiana, hasta hoy jueves 9 de julio del 2020 que he estado en la piel del actor divo y prepotente de la Antigua Roma, han pasado 3 meses y 17 días.

Casi 107 días sin subirme a un escenario, es decir, sin hacer nada delante de un público. Ya había hecho cosas delante de compañeros, ya había ensayado, ya había tenido reuniones, ya había estudiado y ya había preparado personajes, pero hasta ahora no había actuado y hoy se ha producido ese gran momento.

Hoy jueves 9 de julio del 2020, ha tenido lugar la primera de las dos jornadas de visitas teatralizadas que se van a celebrar por el casco histórico de Málaga. Estas están organizadas por el ayuntamiento de la ciudad y su nombre es Las rutas Excéntricas. Yo concretamente actué frente al teatro romano, justo en una de las puertas de su centro de interpretación, que parece enteramente un escenario y frente a unas vistas impresionantes. Como podéis comprobar en las fotos.

Me he estrenado haciendo un personaje muy trillado, que ya he representado antes, por tanto, lo tengo trabajado y controlado. Hacerlo es sencillo, puesto que es muy teatral y muy divertido, por tanto, me jugaba poco, solo tenía que disfrutar y dejar que todo fluyera. Además, en el ensayo general, lo hice sin esforzarme mucho, a un nivel de energía digamos de 4 o 5, y en palabras del guía fue un auténtico éxito, por tanto, era salir, hacer lo que sabía que tenía que hacer y dejarme llevar.

No ha sido una vuelta por todo lo alto, también es verdad, se podría denominar más que como vuelta, como un aperitivo, puesto que mi monologo dura 1 minuto y medio o menos, pero esta vez, no sé si porque lo he corrido mucho o porque tenía tantas ansias de actuar que me he quedado frío, deseaba más. Me ha parecido muy breve. No sé, tengo la sensación de no haber llegado ni al minuto. Cuando me percaté de que estaba actuando, el texto se me acababa y me estaba despidiendo. Me quedé con ganas de más de mucho, mucho más.

Pero bueno, se puede decir que por fin me he reincorporado a la profesión, que he vuelto a la normalidad o a lo que se denomina ahora “nueva normalidad”. Según mi opinión deberían llamarlo de otra forma, no sé cómo, pero de otra manera, porque la verdad que nada tiene que ver con lo que antes entendiamos por normalidad. 

Soy un afortunado y estoy agradecido a Dios, al universo, a la vida y por supuesto a Eduardo Nieto, por haber podido volver a actuar, pero tal como se hace ahora, es muy, muy, muy, muy, y no quiero ser pesado, pero pondría unos  mil "muy" más, frio.

Mi personaje empieza su texto de espalda y cuando me volví y vi a un grupo de personas, muy reducido, unas 15, que era lo permitido, mirándome, todos muy separaditos, muy quietos y con sus mascarillas puestas,  me pareció estupendo porque cumplian todas las medidas de seguridad que es lo que ahora mismo tenemos y deberiamos estar todos y todas obligados a hacer, pero  fue una sensación muy fria. 
No los podía ver con claridad, no veía sus ojos, ni sus bocas, ni sus gestos, no había conexión entre ellos y yo. En cierto modo, la magia del teatro está en la reacción y relación directa que se produce entre el actor y el  público. Sobre todo en este tipo de visita teatralizada donde la interactuación es la clave del exito, pues todo eso se perdió totalmente. Pero bueno es lo que nos toca, esperemos que todos seamos responsable, como fue ese maravilloso publico de esa tarde y esto dure poco.

De nuevo, quiero dejar claro que esto es una simple reflexión, para nada una queja, pues debo considerar, que como está todo, soy un auténtico afortunado y que estoy agradecido de corazón a un público tan responsable.

Y con respecto a la actuación os puedo decir que pese a lo corta que fue, solo un minuto y medio, por mi cabeza pasaron mil y una cosa, entre ellas el nombre de mi compi Zumaquero.

Como os conté en la entrada anterior, repasé el texto antes de comenzar junto a él y me trabé en la palabra “jornada” y Javi se cachondeó de mí, pues durante la actuación me acordé de él, porque me volví a trabar, en la dichosa palabrita, pero era tan corto el texto que no pude ponerme nervioso con eso, ni pararme a pensar y tuve que seguir como si nada.

Además me hice un lío con los niveles de energía. Este personaje como bien dijo el guía, durante el ensayo general, es muy histrionico y se mueve a un nivel de energía de 8. Cuando actuaba pensaba que si en el ensayo general lo hice a medio gas, un nivel 4 o 5, y el guía alucinó. Si ahora lo subía a su nivel normal de 8, lo volvería loco y me dejé llevar, pero de pronto caí en la cuenta que es tan malo no llegar, como pasarse, o sea, lo que se llama morir de éxito y quizás lo estaba llevando a un nivel 10 y eso ya era exagerar y sobreactuar, así que lo bajé un poquito y otro y otro y al final no sé sí lo suavicé tanto que lo dejé en el 3 y perdió todo su encanto.

Y ahora os preguntaréis, ¿ Pero esto es una reflexión a una actuación o un problema matemático? Pues os prometo que yo tampoco lo sé. Lo que si sabía es que al día siguente lo iba a masticar y degustar más.



2 comentarios:

  1. No pude verte querido Lolo, las entradas se agotaron rapidamente pero seguro que lo hiciste genial, como siempre. Aún recuerdo a ese romano en Monturque, UN DIVO.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encanta verte por aquí, me encantas y ya veremos a su pareja la actriz romana diva. Por cierto, la rebelde quien será? Bienvenida.

      Eliminar