miércoles, 10 de mayo de 2023

... ESPERANDO A DOBLARME...

 

La tarde del miércoles 10 de mayo del 2023, Fran nos montó en su coche, y salimos a la carretera. Me extrañó, pues pensé que el doblaje se haría en el interior de la academia de Fran, allí en el mismo Pizarra, pero no, pregunté y por lo visto finalmente se haría en Cerralba en un local que nos cedieron.

Aparcamos, salimos del coche y entramos a dicho local.

La cosa pintaba muy bien. Era un bajo, nuevo, de paredes blancas, puertas beige y distintas habitaciones. 

Entre todos buscamos y rebuscamos entre las habitaciones, intentando encontrar la que fuera más silenciosa y tuviera mejores condiciones para realizar un buen doblaje. Íbamos de un lugar a otro, especialmente yo, descubriendo rincones. Siempre me ha gustado hacer eso cuando llego a un sitio nuevo.

Una habitación tenía cerradura y no pudimos entrar, la otra era un baño, otra un armario y al final en la única que nos quedaba era un aula con sillas y mesas de cole, pero las guirnaldas de mil colores, los atrapa sueños de grandes dimensiones y distintos materiales, los mantones hecho con papel, los dibujos, las cartulinas, las pinturas, las tijeras y demás cosas que inundaban el local me hicieron pensar que aquello era un aula donde se impartían clases de manualidades a adultos.

Decidimos que esa era la mejor habitación, y tomamos posiciones. Yo en la mesa del profesor junto a Fran. Una corta conversación nos ha puesto al día.  

A continuación Fran me preguntó si era la primera vez que doblaba, le dije que sí, pero realmente le mentí. Una vez doblé un corto pero lo hicimos en el dormitorio del director, con cero medios, por tanto, aquello fue realmente nada, así que sí era mi primera vez. 

También me comentó si llevaba conmigo el guion y si había visto las secuencias que me envió por WhatsApp, pues eran las que íbamos a doblar.

A ambas preguntas le respondí negativamente. Yo pensaba que podría ir leyendo el texto directamente mientras doblaba, por tanto, no entendía la insistencia de Fran con ese tema.

Como aún no había llegado el sonidista y todo apuntaba a que iba a tardar, pedí folios y bolígrafos pero como nadie tenía, busqué y rebusqué por todo el aula y nada, así que en un trozo de papel limpiamanos y usando un rotulador, apunté todas mis frases. Fui revisando secuencia a secuencia el guion entero de la peli.

Fran salió y nos dejó solos a su hijo, a Moi y a un servidor, advirtiéndonos seriamente que debíamos estudiar. 

El pequeñín y Moi no paraban de jugar y yo me uní más de una vez a ellos, dibujando en la pizarra y diciendo chorradas, repito que no entendía el interés de Fran porque estudiáramos pero como era el más mayor, debía ser más responsable y para no estar sin hacer nada, comencé a estudiarme perfectamente las secuencias, primero de memoria y luego imitando las entonaciones, pausas y respiraciones. ¿ Me lo estudié ? Pues sí, pero no como debía, ni insistía Fran, pero es que yo no sabía lo que iba a hacer, sino lo hubiera llevado perfectamente preparado.

Llegó el muchacho y comenzó a montar. Esa fase tan maravillosa del mundo del audiovisual, "el montaje". Esas tareas que nos hace a los actores, esperar y esperar. 

Esta vez no fue mucho tiempo, eso sí, al sonidista no le gustó la habitación elegida porque había eco y prefirió la pequeña cocina/ trastero del local.

Di muchas vueltas alrededor de las mesas para repasar los textos, con sus entonaciones y pausas. Llegó el momento, eran las 17:15 h, ya estaba todo preparado y Fran decidió que yo fuera el primero, menos mal. 

Entré en la pequeña habitación, allí ya estaba el sonidista, me senté, entró Fran, cerró la puerta, y a doblar.












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