domingo, 14 de mayo de 2023

GRACIAS A "EL REY DE LA CARRETERA."


Pero no todo fue, "ji,ji,ja,ja" también hubo seriedad y me pegué unas llantillas de impresión.¡¡ Ay que ver lo que lloré!!.

Como expliqué con anterioridad y durante los ensayos, la situación personal y familiar de este personaje era bastante triste.

Yo me había preparado la emoción, los momentos más tristes, los más alegres, donde me sentía más abatido o más normal. Todo estaba preparado, organizado y los hacía y bien, pero no estaba muy convencido, no me llegaba a cuadrar, lo sentía forzado y marcado. Pero no lo iba a dejar así, tenía un as bajo la manga que nadie esperaba, ni siquiera yo y era: El Rey del a carretera. Podría encumbrarme o no servir para nada, pero al menos lo iba a intentar.

Esta canción de 2003, es de Los Eco del Rocío. En su tiempo tanto Canal Sur como mis padres hicieron bastante uso de dicha letra que es bastante triste la verdad. 

Pues bien, hará unos 3 meses, salí con mis padres a almorzar y para entretener el trayecto en coche, los invité a poner ese CD y al llegar a esta canción sin esperarlo, empecé a llorar, nada pensado o premeditado, empezaron a brotar lágrimas de mis ojos de pronto.

No dije nada, pero decidí usarlo para obtener  la emoción, sería mi último recurso. Nunca más desde ese día volví a escucharla, para no acostumbrarme a ella y que desapareciera su posible efecto. 

Pues bien, cuando Edu se fue, la tarde del viernes 12 de mayo del 2023, para empezar el primer pase de La Noche en el museo, me quedé solo y decidí probar. 

Puse la canción en los auriculares, me dejé llevar, libré mi cabeza de pensamientos, comencé a pasear por la sala mirando los cuadros y la emoción empezó a embargarme, los ojos se volvieron a llenar de lágrimas y empecé a llorar. 

Fue acabar la canción y repetir el monólogo y este llenarse de cortes y de voz ronca. De emoción en una palabra. Emoción  real de esa que te genera un nudo en el pecho que te impide hablar. 

Pero lo realmente sorprendente es que cada vez que volvía a oír la canción antes de cada pase, esa emoción volvía a surgir. 

Era como un resorte. 

Acababa el pase lloroso y emocionado, salía de la sala de actuación a la de descanso y volvía la fiesta y la algarabía, se acercaba el momento de actuar, me volvía a poner la canción y volvía a hundirme. 

Así que gracias a Los Ecos del Rocío, porque con su arte e inspiración consiguieron que yo creara un personaje real.



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