lunes, 25 de junio de 2018

"LA HISTORIA JAMÁS CONTADA". VISTIENDO A TODO UN SEÑOR.


Ayer os decía que esta semana iba a estar llena de trabajo preparatorio, pues la he empezado con fuerzas puesto que hoy mismo, lunes 25 de junio del 2018, me he despertado tarde, he guardado un rato de reposo y como el pie no me molestaba mucho, me he puesto a preparar cosas.
   
Previamente a salir de casa a dar mi caminata medicinal de por la mañana, he estado sacando toda la ropa del señor Jorge Loring y he vuelto a probármela, me queda de lujo. 

Una vez probada se la he dado a mi mamá para que la lave y la dejemos lista para el jueves. Esto incluía pantalones, camisa, chaleco y dos tipos de pañuelos: el usado el verano parado y uno nuevo más colorido y lujoso que quiero probar por si me dejan ponérmelo, puesto que es más festivo y para la época estival y para lo que cuento pega más.

Con la ropa en proceso de lavado y planchado, he preparado un neceser con todo el maquillaje y el atrezo del marqués, esto es; gafas, cinturón, calcetines y reloj de bolsillo. El día que esté la ropa lista y planchada, antes de perfumarla y guardarla en la porta trajes limpiaré todas estas piezas, pero al menos ya están localizadas y organizadas para el jueves.
 
Tras eso me fui a dar mi paseo mañanero y ya en el trayecto de vuelta, repasé el texto de Jorge Loring, pero en realidad o lo hice por no aburrirme o por alguna otra extraña razón que desconozco, puesto que  este texto me lo sé muy bien.

Este texto es prácticamente muy improvisado,lo digo de memoria porque nunca estuvo escrito, pero hay un momento de clímax donde tengo que llevar al personaje a todo lo alto, si llego bien, pero si no, este pierde fuerza. Ahí es donde siempre estoy más inseguro porque si lo digo tal cual es, llego al clímax, es decir, a la perfección, pero si fallo en una palabra, el personaje, el momento, la historia y mi escena pierde fuelle y se queda en nada, vamos que pierde el sentido, por ello esa parte la he repetido dos veces y la he afianzado.

De verdad, que me da igual, pero a veces me digo: "¿Qué pensará la gente que me ve ensayando por la calle?" Si alguna vez, esto, me dio un poco de reparo ya lo he perdido todo, pero también sé que un día me van a ver los del psiquiátrico y me van a querer encerrar.
























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