viernes, 27 de julio de 2018

UN PASEO, INFLADO COMO UN PAVO, POR EL GYM.


No sé si soy: un gafe tecnológico, un torpe o un desastre que voy corriendo a todas partes, no tengo ni idea de como catalogarme, pero lo que si es cierto es que la entrada donde contaba, los dos pases celebrados el pasado miércoles, 25 de julio del 2018, de Un paseo por el tiempo, la escribí ayer y en vez de publicarla, la borré, por tanto, ahora intentaré escribiros esta, recordando lo que puse en dicha entrada. Por ello estos días iré un poco atrasado.

Comenzaba hablando de como me sentía en la mañana de ayer, jueves 26 de julio del 2018, en el gym. Estaba contento, seguro y satisfecho porque el día anterior había hecho un buen trabajo.

Recordaba que quizá mi análisis del trabajo del día anterior no fuera tan positivo, pero como siempre, la tan mencionada y pesada, retroalimentación que también podemos llamar inseguridad, me influye mucho y el miércoles vino a vernos, Sergio Sánchez, reconocido cortometrajista malagueño, que tras acabar el pase elogió mi trabajo.

Él suele ser duro y frío con el trabajo de los actores, además no es buen actor y cuando no le gusta algo se le nota y el otro día me dijo, sinceramente, que cuando me volví y me vio hablando con acento vasco entró en shock, que no me reconocía y que estaba muy metido en el personaje, pues después de oír, por la noche, todo eso y más viniendo de él, me llené de orgullo, y al día siguiente, iba por el gym andando inflado como un pavo.

Después de esta introducción venía el informe post-pase que ahora os paso a intentar recordar:




1.- UN PASE EN DUERMEVELA:



" He hecho todo el pase en duermevela, era como estar en una constante vigilia de sueño, sabéis esa sensación de paz total que sientes cuando no sabes si estas dormido o despierto, pues así ha sido el pase.

Cuando iba para el jardín, en el coche, junto a Steven le comenté que me encontraba muy cansado, muy desganado y sin ganas de actuar. Este me dijo que estaba igual que yo. Luego lo comentamos a los compañeros, en el "baño-camerino-común",  y tanto Álvaro como Rebeca nos dijeron que llevaban varios días igual y que eso se debía al calor y la temperatura, aunque Rebeca también matizó que se debía el eclipse lunar.
Yo no sé a lo que se debía, pero el publico de ese primer pase, estaba como nosotros, desganado. Era bueno, seguían la historia, más o menos comentaban, reían, pero se les notaba cansados, agotadillos y un poco a su bola
Mira que inicié el pase con brío y energía. Todo el cansancio se me quitó en un segundo, puesto que mientras esperaba al grupo y ya quedaba poco para comenzar, me senté en el mirador y el botón de mi pantalón estalló. Lo pasé fatal, no llevaba cinturón y sin él y sin botón , el pantalón se me caía... Además el botón, no es un botón normal, es como una especie de broche y pensé que se había roto. Entre la oscuridad, los nervios, el miedo, la prisa y demás no lo atinaba a abrochar y cada vez estaba peor. Al final fue, menos mal, una falsa alarma, porque no estaba roto. Luego empecé a calentar el acento vasco y no me salía, otro mal rato más, así que empecé como una moto.


Cuando llegó Antón, Steven, hicimos nuestra escena, pero a penas la respiramos o disfrutamos, Steven iba muy rápido, luego me confesó que era verdad, que lo notó, pero que no era por el motivo que yo pensaba. Steven pedía colaboración del publico y no se la daba, Rafaeĺ soltó dos de sus grandes bordearías y no hubo ni reacciones, ni risas. En un momento pensé que actuábamos para estatuas y que por eso Steven iba rápido.

Al irse  Steven hice el texto de introducción, arriba, pero sin muchos aspavientos y al llegar la hora de bajar del mirador, les dije de bajar pero no se movían. Ya digo ¡¡ estatuas!!.

Durante la bajada bromeé con un grupo de chicas solteras, a las que iba a presentarles amigos solteros. Una lo quería guapo y alto y la otra rico, ya que, mi casa le parecía pequeña, también jugué un rato con un matrimonio. Las chicas si le dieron más vidilla al pase.

El grupo iba muy separado y muy lento, parecía que no se movían y encima yo dije la segunda parte del texto en el Paseo de las palmeras y estos ralentizaron el paso para oírme....

Al llegar al panel con las fotos otra parada, donde bromeé y al final, llegamos al museo y el banco de los secretos y ahí fue donde fui consciente de que su pasividad se me había contagiado. Rafael estaba haciendo movimientos más lentos, sus reacciones eran enérgicas pero suaves y su tono cada vez mas bajito y plano, como intentando no despertar o molestar a alguien. Creo que no quería despertarlos, ni despertarme yo. 


Al acabar y subir de nuevo al mirador fue cuando fui consciente que me habían pegado su tranquilidad y pasividad y que ahora era yo el que estaba en duermevela, pero contento pues mientras bajábamos del mirador una chica se dirigió a mi llamándome vasco, así que, el acento no estaba tan mal."




2.- YO SOY LA JUANI:





"En el segundo pase no me puse a ver la peli, ni vino Verónica Echegui a vernos, es que iba una chica llamada Juani y fue la protagonista del pase.

El previo tampoco fue muy relajado, puesto que en el pase anterior, una chica me dijo que me había dejado el libro arriba y que me lo iba a traer, se lo agradecí pero le dije que no era necesario, pues bien, cuando subí, el libro había desaparecido. Me puse de muy, pero de muy mal humor. ¡¡Es una biografía de Marisol!!. Llamé a Samu para que vigilara si alguien llevaba mi libro. Al final fue otra falsa alarma, puesto que estaba detrás de una columna, pero alguien me lo había cambiado de sitio....¿ Por qué? Pues eso me pregunto yo...

Cuando el grupo llegó, los pillé mirando las vistas de Málaga, los saludé y me presenté, en esto llegó Antón, Steven, venía soberbio y empezamos a hacer nuestra escena y tambien a improvisar, sacar chistes, interactuar con el publico y demás. Para mí fue la mejor escena, de lo que llevábamos de verano. Eran dos personas reales, hablando, discutiendo y reaccionando de verdad. Es lo que tiene, tener el placer de trabajar con un monstruo. Al irse, me quedé tan arriba que hice una introducción, tranquila, relajada, real, muy bien entonada, luciendo a Rafael y mirando a los ojos del publico.

En la bajada fue donde conocí a Juani, iba sola, su marido iba detrás, este iba acompañado de una chica, su hija, y ya empezamos a bromear y si ese juego me duró todo el pase, fue porque Juani es  una mujer genial que lo permitió y lo disfrutó.

Al ir el grupo más junto y más rápido, el paseo de las palmeras, fue eso, un paseo. Fui diciendo texto desordenado e intercalándolo con bromas, juegos y respuestas a dudas que demandaba el publico, eso hizo que quedara todo muy natural y que disfrutáramos todos y fuera un paseo de amigos.

Al llegar a las fotos se paró el grupo y yo iba  de izquierda a derecha, haciendo bromas y comentarios sobre las mismas, como ya no había prisa y era un grupo apañado les di juego. Es más me tuve que ir,  solo, al museo para atraerlos porque de las fotos no nos movíamos. Algunos llegaron tarde a la explicación del museo, pero en el banco de los secretos estaban todos, allí saqué a una pareja joven con los que jugué mucho, pero como ella no oía nada, saque de nuevo a Juani.

Al acabar un grupo de persona me esperaban para que les explicara lo del museo y gastarme bromas, que por supuesto respondí.


Pues aquí os dejo la reposición de la entrada de las  crónicas del 25 de julio del 2018.

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