jueves, 19 de julio de 2018

UN PASEO SIN CRONICAS.


"A las 23:00h acaba el primer pase, son las 22:50 y ni se oye el público. No sé qué pasa. Esto me está poniendo nervioso. Hoy no he repasado nada, he hecho dos amagos y punto. No estoy muy enérgico, tengo la cabeza en otra parte. Varios compis en el previo me dijeron lo mismo. “

Así comenzaba hoy, miércoles 18 de julio del 2018, la crónica del primero de los dos pases realizados de Un paseo por el tiempo. El público tardaba en venir y eso me empezó a parecer muy extraño por eso escribí esta introducción.

Luego cuando acabé el pase, me subí al mirador y mientras lo hacía, escribía/dictaba la crónica del mismo. Cuando la tuve escrita, vi que llegaba el público, pero vamos que los vi entrar en el mirador y para que no me pillaran, cerré el móvil muy mal y perdí lo escrito, así que, no os voy a mentir escribiendo dos crónicas post-pases que no existen y haceros creer que son reales, lo que voy a hacer en esta entrada es escribiros un resumen de los dos y listo. ¡Es lo que pasa cuando eres un gafe informático!

Pues bien, el primer grupo tardó tantísimo porque era muy lento, yo pienso que ha sido el grupo más lento de estos cuatro años. Me han llegado quince minutos tarde y por primera vez, cuando volvía de dejarlos, he visto y oído a Steven que se acercaba con el siguiente. 

Como no llevo gafas, no vi a Steven con detalle, pero yo creo que él me vio y su grupo seguramente también. Luego me dijo que tuvo que enrollarse para no pillarme durante el camino de vuelta, pero es que como el lugar que recorro es el mismo por el que entra Steven, no podía ponerme a correr por si me veían e iba al paso de Rafael Echevarría. ¡Qué mal lo pasé durante ese trayecto!. De hecho iba predispuesto a oír a alguno del público o a Steven y empezar a improvisar desde allí.

Hoy el público estaba a favor de Antón, el personaje que realiza Steven, como es tan buen actor, durante el trayecto que van solos con él, los fue calentando y preparando, de tal modo, que cuando llegaron a la cima del mirador, estaban rendidos a él. En nuestro diálogo, juntos, el público estaba a su favor y cada una de sus frases o expresiones eran  apoyadas, reídas y reafirmadas por el público. Con lo cual yo era el malo y después me costó trabajo, caer bien a la gente. Don Rafael es un poco chulo, prepotente, pero cae bien y hoy me ha costado. 

Debo decir, que esta noche el jardín se ha llenado de esa chulería de Rafael, de su encanto, de su cuerpo, de sus bromas, de sus dejes, de sus movimientos etc. Pero no estaba él, hoy era yo haciendo de Rafael. Ha estado muy bien, pero forzado, no ha sido orgánico o natural. Hoy no cedi mi cuerpo a Rafael, era Lolo actor, imitándolo. Eso me hacía que a veces, no dijera todo con "s”, no me salieran sus expresiones o algunas frases no se oyeran muy bien, puesto que no estaba seguro. Lo disfruté pero al no estar vivo, a veces, no jugaba con el público tanto como este me demandaba. Cuando decía el texto prefijado en el guión, creo que se notaba, porque era mucho más ortopédico que cuando improvisaba con el público, ya digo, que hoy no estaba Rafael tal cual y se notaba todo muy irreal, o al menos lo notaba yo. 

Era un público difícil, venían cansados, algunos aprovechaban cualquier momento para sentarse y  otros se quedaron en la entrada del mirador y no fueron ni a buscarme. De hecho mi presentación tampoco fue genial, cuando me volví, me encontré al primer grupo de espaldas, mirando las vistas de Málaga y ninguno había percatado en mí y en el segundo, como dije antes, me pillaron casi con el móvil en la mano.

Pero pese a ello fueron dos grupos muy apañados, puesto que puede jugar; llevé, durante un rato, del brazo, a un hombre muy mayor, que iba muy cansado y estuvimos hablando durante todo el trayecto, también jugué con tres chicas que iban acompañadas de un solo hombre, con otro señor mayor que iba en pantalones cortos, con  una pareja de enamorados que iban separados y yo los obligaba a ir de la mano y que luego jugaron en el banco de los enamorados, estos hasta me buscaron para despedirse de mí, con una señora que me dijo que el Loring era más guapo que yo y la eché de mi casa, con otra señora mayor que también llevé durante un rato del brazo porque era muy mayor y no podía casi andar, por cierto que me pidió relaciones, anoche muchas de las mujeres de ambos grupos le pidieron relaciones a don Rafael y sobre todo, Paqui, una mujer que desde el principio enfilé y no paramos de jugar en todo el camino, que si cotilla, que si defendía a Antón, que si había visto duendes, que sí yo quería presentarle algún amigo etc. Muchas gracias porque me seguía el rollo y no paraba de reir.

Fue una noche rara, donde tuvimos  que luchar con muchas cosas; un público demasiado activo, un público demasiado lento, un Rafael que estaba pero no, aunque creo que salí victorioso. Una vez más me lo pasé muy bien y por las risas del publico, ellos también.




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