El previo, fue muy cortito, vamos una hora y veinte minutos,
pero que ochenta minutos más bien aprovechados y más bien avenidos.
Me sentía hinchado de felicidad como un palomo.
En la estación esperamos al otro actor, un actor conocido,
que no sé si puedo decir su nombre y por tanto, no lo voy a decir.
Entre que llegó el muchacho, nos saludamos, fue al baño y el chofer pagó el parking del coche, salimos a las una menos algo hacia
el pueblo donde íbamos a trabajar.
El viaje se hizo largo y sobre todo muy caluroso, el sol
picaba y pegaba que era un lujo. Es más parecía plena primavera y eso a mí me
llena de fuerza, por tanto, muy bien.
Durante todo el viaje, estuvimos hablando de la profesión,
del hecho de ser actor, de los miedos de mi trabajo etc., el chico era genial,
muy sencillo y me apoyó mucho en todo.
Como digo el viaje se hizo largo, tan largo que llegamos a
nuestro destino a las 13:10 en cuarenta minuto me recogían y por tanto, me fui corriendo a almorzar en la
plaza del pueblo.
Pedazo de sopa de picadillo, solomillo al roquefor, sentado
al sol, en aquella plaza, de ese lugar tan precioso, qué feliz era, quería que
el tiempo no parara, me sentía actor profesional y de los grandes.
Mientras almorzaba apareció el otro compañero. Me comentó
que deseaba comer conmigo y ahí estuvimos charlando, comiendo y dándonos
consejos, como dos auténticos actores y colegas.
Yo le daba consejos sobre la comida saludable y él sobre la
interpretación y como debía actuar después.
No me dio tiempo a comerme mi postre, porque dieron las 13:
50 y vinieron a por mí.
Mi compañero, un tío genial, no solo se levantó de comer para
avisar al chofer que yo estaba dentro
del bar pagando, sino que al irme, como iba tan nervioso, fui a darle la
mano y él me dio un abrazo enorme que me llenó de fuerza y energía y me dijo:
" Arriba que vas a triunfar".
Corriendo me fui al coche y me fui para mi lugar de
actuación, iba que no cabía en el coche
y cuando llegué y me bajé y llegué al lugar... eso es ya inexplicable.
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