miércoles, 27 de julio de 2016

¿ QUÉ TE PASA ALVIN?



No vino, mira que lo citamos, bueno lo cité yo y la verdad que sin mucha insistencia, sin mucha antelación y sin mucha intención, lo avisé justo en el momento en el que le tocaba salir y sin previo aviso, por lo tanto, no sé donde se metió pero al ensayo del lunes 25 julio del 2016, Alvin Karpis no asistió.


Pero no es que no asistiera, es que no asomó ni la cabeza para saludar. Pasó de mi o de todos nosotros, no vino su voz, ni su cuerpo, ni su acento, por no venir no vino ni su texto, improvisado, de principio a fin.

Qué desastre de ensayo, qué despro-
pósito. Es cierto también, que las condiciones no fueron buenas, ensa-
yando con mil y una personas delante hablando de sus cosas, después ensayando en un pasillo que ni de lejos se asemejaba al lugar de la actuación y en tercer y último lugar, tampoco estuvimos nosotros muy por la labor de hacerlo muy bien.
  
El lunes faltó Karpis al ensayo pero en los anteriores unas  veces por unos  y otras veces por otras siempre hemos faltado. Desde que se estrenaron Las noches de verano en San Miguel, el pasado 9 de julio del 2016, todos los domingos y lunes  ha habido ensayos de la segunda edición, la prevista para el viernes 29 de julio del 2016, o sea, para este viernes.

Esta edición es la más apurada de tiempo, la que menos días ha habido para ensayar. Pues bien, por una razón o por otra, todos los personajes han ensayado sus monólogos,  pero la escena de Alvin Karpis, sus chicas, su arrepentimiento y su relación con el personaje que lo ayuda a redimirse, es decir, todo lo mío, no se ha ensayado jamás.

Solo ha habido seis ensayos, domingos 10, 17 y 24 y los lunes 11, 18 y 25. Por una cosa o por otra siempre ha faltado alguien.

En mi escena participamos Javier Zumaquero, Luisa, Rosa y un servidor.

De los seis ensayos por ejemplo, Rosa, pese a avisarla, no ha asistido a ninguno.

Javier ha asistido a todos me-
nos al del 24,  por un problema de salud y fue el único domingo que pudo venir Luisa.



Luisa vino el 10 pero ese día yo me negué a ensayar, había mucho que preparar todavía y algunos "invitados especiales" y pasé de ensayar delante de ellos. Como el estreno  había sido el día anterior y yo aun me encontraba raro, no quise volver a ensayar lo estrenado. Además quería aportar algunos cambios a la escena.

Yo falté el 17 por temas personales. En cambio había organizado un ensayo extra el 15 de julio pero debido a que era mí cumple lo suspendí. El lunes 11 como ninguno podían ensayar, yo tampoco fui. El 18 fuimos solitos, Javi y yo, y en papel, o sea, en teoría hicimos los cambios de la escena y prometí a Javi llevar los cambios impresos para el próximo ensayo, pero tampoco lo hice.

O sea, después de este resumen caótico, deciros que hasta el lunes 25 de julio, o sea, cuatro días antes del estreno, no nos volvi-
mos a ver todos juntos las caras.

Por fin, fuimos todos, bue-
no todos no. Rosa debido a un viaje, no puede asistir el viernes a la función, por tanto,  a última hora lo hará otra muchacha llamada Lulú. Otro problema más a añadir porque teníamos que explicar todo a una nueva actriz.

Llegamos al cementerio a las 19:00, pero todos se atrasaron y hasta las 19:40 no empezamos y a las 22:00 nos fuimos, o sea, en menos de tres horas, vi los tres monólogos de mis compañeros, hablé y aconsejé a Pablo, un actor encantador y organizamos, enseñamos a la nueva incorporaciónlos movimientos, montamos nuevos movimientos  y ensayamos dos veces mi escena.

O sea, el trabajo de meses lo hicimos en menos de dos horas, o somos unos monstruos o unos  locos.

Yo voto por lo segundo.

Al final y a última hora decidí no hacer el cambio del texto que quería incorporar para mi personaje. Primero por falta de tiempo y segundo, porque para mí beneficio ¿Debo cambiar el texto al autor, las ideas del escritor, los movimientos y textos de mis compañeros? Pues no.

Solo quise quitar un momento final en el que me enfado, pero Luisa me pidió que no,  así que todo se hará como la vez anterior.

Pero si debo deciros que iba con toda mi seguridad, pero cuando  le explicaba, a Lulú, los dos solos,  sus intervenciones,  no me acordaba para nada del texto, lo liaba y lo cortaba. Igual me pasó cuando ensayaba, el final de la escena, con Javi y ni que decir ,que no hubo  ni acento americano, ni cuerpo, ni nada de nada, ya digo Karpis ni se asomó por allí aquella tarde.

No queda tiempo, pero entre hoy, mañana y pasado voy a afianzarlo, buscarle una voz, un cuerpo y márcale movimientos que me ayuden. No quiero   que  sea  como la otra vez, un desperdicio de energía sin control. Por cierto, el bioritmo de Karpis ya me lo tengo. Lo conseguí  el mismo lunes con  la canción del musical Chicago, All the jazz.






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