viernes, 26 de agosto de 2016

ANOCHE ME RECONCILIÉ CON ALVIN KARPIS.


El miércoles por la noche en el jardín Botánico, mientras me desmaquillaba, pensaba que al otro día tenía que hacer mi trabajo en el cementerio de San Miguel y me dije a mi mismo: " El que mucho abarca, poco aprieta", o sea, que son muchos trabajos y muchos personajes a la vez, quizá ando cansado y por eso no doy  o no he dado lo que tengo que dar y por eso Alvin Karpis no me sale.

Pero anoche al volver del ensayo general, estaba acostado, hablando por el móvil con un amigo y estaba feliz, lleno y satisfecho, quizá esa era la mejor palabra que definía como estaba en ese momento SATISFECHO, por un trabajo bien hecho, esta vez podía decir que Rafael Echevarría había triunfado y Alvin Karpis también, supe desconectar y demostrar dos trabajo y dos hombres muy diferentes.

Aunque ayer hubo mucha retroa-
limentación, y si soy sincero, unas fueron buenísimas, o sea, besos, abrazos y achuchones muy sinceros de amigas y otras no tan buenas, pero también hubo muchos desconocidos, personas que no sabía quiénes eran y  que me saludaron, me felicitaron y alagaron mi trabajo,  alguno decían que mi acento era muy bueno y que no parecía malagueño.

Pero a pesar de esto yo ya salí de la actuación, lleno, alegre, como flotando, a la primera persona que vi fue a Rosa y levante las palmas de las manos y las chocamos y luego nos fundimos en un fuerte apretón de manos. Estaba feliz y quería compartirlo con mis compañeros.

Aunque no llegué muy contento, como anteriormente dije. Si tenía movi-
mientos, posturas o cosas marcadas y el poder hacerla y tener el personaje más marcado y más organizado me ayudó a presentarlo mejor y ofrecerlo más claramente al público.

El momento de salir de la sala de espera, fue esencial, puse un pie en fuera de la sala con total seguridad y serenidad en el andar y desde ahí todo vino rodado.

Por primera vez, pese a ir mucho más relajado y como digo llevar el personaje más sereno, se me hizo corto, muy corto.

Hice más claro con movimientos y forma de entonar y hablar, mucho más claro los distintos bloques de sentido y diferente cosas de las que hablaba.

Con mis compañeros el filin fue mucho más bueno, al apartarme muchas veces de escena, todo quedó más limpio y claro y me notaba el personaje, su voz más grave, su cuerpo más recto.

No era un despliegue de energía que deambulaba entre el público como antes, sino que estaba esa energía más concentrada y el acento americano estaba mucho más marcado y las dudas con el idioma me daba mucha más naturalidad.

Ayer por primera vez, no pensaba mientras actuaba, sino que lo sentía, lo vivía y estaba a gusto y disfrutando de él.

Además el publico ayudó, había un chico joven que desde que salí, me miraba con alegría e ilusión, otros que me respondían o me ayudaban cuando al personaje se le trababa el español, cuando mi personaje pidió aplausos el público no paraba de aplaudirme  y los aplausos al irme de escena fueron fuerte.

Ya digo, salí por fin amando a Alvin, satisfecho y feliz, pero eso sí no debo de asentarme. Esta noche es el estreno, mi madre viene a verme, así que, que pronto me voy a correr, duchar y repasar.




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