sábado, 20 de agosto de 2016

¡¡¡QUE CALOR!!! ¿ O ACABAMOS O NOS MORIMOS?.



Iban cayendo como moscas, los pobres, que calor más insoportable. Además, yo,  evitando sudar aun más de lo que ya sudaba, entre pase y pase no bebí a penas agua y mi boca era un estropajo. 
 
Es más cuando comenzó el último pase, pensé que no tiraría, porque  la boca era seca total.

Además, al estar todo tan cubierto de plantas, no corre mucho el aire y el jueves, 18 de agosto del 2016, corría aun menos. Eso unido al suelo de tierra, parecía que estábamos en el desierto.

El público me pedía agua, casi constantemente, hubo personas que abandonaron el pase antes de acabar, es más al llegar al final, unas cuatro señoras, se fueron sin oír mi monologo , otra se puso mala,  se sentaban para intentar respirar, los abanicos no paraban de sonar y lo peor,  todos iban muertos, desanimados…



1.-  Bien:

Bien, el primer pase, estuvo bien, es que no puedo decir nada más. Cuando volvía a mi lugar de partida, tras acabar este  pase, esa era la sensación, ha ido bien, poco más.

Me he dado cuenta, que me viene mejor empezar sin calentar, de pronto, porque me subo al tren del personaje en un segundo. En cambio, tener un momento previo de concentración, antes de salir, como hice antes de este  pase, me pone nervioso y le da mucha  importancia a lo que voy a realizar después y eso me hace salir más tenso.

Hubo risas especialmente de una familia. Fue un grupo muy bueno, atentos y risueños, especialmente esta familia, hasta la llegada al mirador donde se me desconcentraron un poco. No fue un grupo que se parara mucho, pero si fue un poco lento,  agradables, pero sin mucha fiesta, o sea, como digo un grupo que fue bien, ni más ni menos.

Eso sí hubo dos niños muy graciosos, uno muy pequeñín que le daba vergüenza hablar conmigo y otro, Lucas, que me llevaba al grupo a donde yo le indicaba.



2.-  Empezó la agonía:

Yo los sentí  un poco sosos, lentos, como que  me seguían el rollo, pero los notaba cansados y desganados. Es más dos señoras me dijeron que  tenían que marcharse y un grupo de cuatro, se fueron nada más llegar al museo.

Iban lentos al caminar, pesados en sus movimientos. Yo no sabía que pasaba hasta que me di cuenta que el calor se los estaba cargando. Los pobres ya no podían más, tenían ganas de ver aquello, de oírme, de jugar conmigo, pero es que su cuerpo les pedía, agua, aire y descanso.

Lo más curioso fue  que un señor  me dijo que mi perfil era vasco…que por eso me habían cogido porque tenía cara de vasco…

 Otro me comentó que en el futuro, se casaría en la finca. Me encantó seguir hablando con él  en tiempo  futuro y bromear sobre celebrar bodas en mi casa.


Me he sentido a gusto, pero en ciertos, momentos yo también me he notado lento.
 





3.-  La muerte:

Y llegó el último pase y mis pobres espectadores se me murieron poco a poco. Llego un momento que yo me sentía como cuando sales de nazareno y son las seis de la madrugada y quieres que el cuerpo de nazarenos vayan bien y tú piensas: “Llevamos diez horas en la calle, con el capirote, yo los puedo animar, pero es que ya no dan más de sí, déjalo  descansar un poco”. Pues esa era la sensación, yo seguía con mis juegos y mis bromas, pero estábamos todos tan agotados por el calor, que durante la bajada del mirador los dejé descansar y no darle más datos o más juegos.

Yo animaba todo y daba conversación para alegrarlos un poco, pero la temperatura me ganó la partida.

Pese a ello, pude jugar con una señora que decía ser una cantante muy famosa que vino de incognito y una niña de la India, que era un dulce y en el mirador nos cantó una canción de Frozen. Al final me aplaudieron y la mamá de la niña india, me dio las gracias por todo.

Fue un buen grupo, acabamos bien, satisfecho y contentos, pero todos teníamos en nuestra mente, un vaso de agua y un aparato de aire acondicionado.


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