lunes, 16 de septiembre de 2019

OTRA INTENSA TARDE DE. ENSAYOS (2ª PARTE.)


Y tras el primero que tuvo lugar en mi casa vino el segundo, que se celebró en el cementerio de San Miguel y donde ensayamos evidentemente la 4 ª Noche de verano en San Miguel. Empecé antes de las 19:00 y acabé a las 19:30 y debo confesar que esta semana no fue nada provechoso, al menos para mí. 

No saqué ni el más mínimo provecho, pero esta vez la culpa no fue de los compis, ni del tiempo, ni de las condiciones, ni de nada, ni de nadie, el único culpable fui yo. Mi inseguridad, mi vergüenza y el dejarme llevar por la corriente, se apoderaron de mí y no hice prácticamente nada.

De hecho, el monólogo entero, solo hice una vez y sin a penas intenciones, ni entonaciones, ni emoción, ni nada. No sentía nada, hacía como que sentía pero no.

Fue una mala imitación del ensayo de la otra vez.

Es verdad que este personaje necesita un tiempo de preparación para entrar en su emoción, es verdad también, que ayer, domingo 15 de septiembre del 2019, no lo tuve, porque estuve acompañado todo el rato, pero también hay que decir en honor a la verdad, que me había llevado deberes para hacer en casa durante la semana y no había hecho nada, por tanto, como no trabajé la forma de entrar en la emoción en casa, ahora de pronto y sin llevarlo trabajado, no podía hacer milagros, así que repetí lo de la semana anterior, pero sin estar dentro, sin tenerlo seguro y sin trabajarlo.

También es verdad que no llevé mi toalla, Edu tampoco pudo llevar donde tumbarme y lo hice directamente en el suelo, y claro, ahí tampoco podía moverme con libertad. Pues me manchaba, me picaba todo y había unos hierros en el suelo.

De hecho al acabar el pase, Edu me pidió más movimientos, creo que no pegan, pero que cuando tenga donde tumbarme, lo haré más activo.

Bueno sabéis que soy muy  refranero y hay uno que dice: “Cada uno cuenta la feria como le va”, pues si esta entrada la escribiera Javi Zumaquero, sería totalmente distinta.

Le pedí a Edu que si me podía poner a un compañero al final de mi monólogo que hiciera un acting. Con esta acción mi escena quedaría muy bien cerrada, puesto que antes quedaba muy en el aire. El elegido fue Javi Zumaquero al cuál adoro.

Yo quería dedicar este ensayo, donde debía irme pronto, a asentar lo mío, pero este me insistió en ir al ensayo para que le mostrara qué y cómo tenía que hacer. Y eso hicimos.

Supongo que se iría muy feliz pues dedicamos prácticamente todo el ensayo, a marcar su entrada, su relación conmigo, su forma de actuar ante mí, su final, etc. Y eso lo repetimos como unas cinco veces.

A ver, yo llegué antes de las 19:00 y sin saludar a nadie para no perder tiempo nos fuimos directamente a nuestro lugar de ensayo. Ahí empecé a marcar todo a Javi y lo repetimos varias veces. La hija de Javi que ha heredado de su padre la sinceridad, estaba con nosotros, y en un momento dado nos hizo una crítica muy dura, y a mi que no llevaba el personaje trabajado, ni preparado, hizo que me entrará la inseguridad y ya estuve todo el rato sin ganas de actuar y con miedo a hacerlo.

De pronto apareció Eduardo y me pidió un pase completo, lo hice, pero si no había calentado, no me lo había trabajado y estaba inseguro, imaginaos que salió, pues un bodrio.

Después llego una anfitriona, su escoba, una compañera y cuatro personas totalmente desconocidas y supuestamente profesionales y Edu nos pidió a la anfitriona y a mí que lo mostráramos todo.

La anfitriona se negó a hacerlo pues no lo llevaba preparado y le daba corte hacerlo con desconocidos y yo me escudé en lo mismo, así que, ella hizo solo su final, yo solo mi principio y se acabó.

Después Edu nos estuvo hablando de otros proyectos y me dijo que me podía ir y como tenía prisa me fui.

Ensayé tan poco que ni fotos me hice, aunque pensé falsear unas, pero no me parecía ético y decidí poner estas que me hice con los compis y que representan bien el ensayo de ayer: Mucha relación y poco trabajo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario