martes, 31 de mayo de 2016

CASI VIVIENDO EN EL " SAN MIGUEL".



Ayer, lunes 30 de mayo de 2016, estuvimos en el  Cementerio  de San Miguel, más horas que la familia Heredia y los Larios juntos.

Tres horas, si tres horas, estuvimos por el cementerio. Andando, andando y andando. Tres vueltas le dimos y aunque Luisa decía que estaba desorientada yo me lo conozco, ya, como si fuera la palma de mi mano.

Lo primero, por cierto que llegué justito de tiempo, fue un saludo al personal. Me dio mucha alegría encontrarme con los gamberros del elenco  El Auto de la fe. Aunque esta alegría,  estaba un poco turbia por otros asuntos, externos al montaje, que invadían mi cabeza.

Tras los saludos y una pequeña introducción de Eduardo, frente a la puerta de la capilla, por cierto, que antes de comenzar todo, ocurrió algo, de lo cual yo fui el único  protagonista y que ya os contaré en otra entrada de este blog. Decir que me hizo mucha ilusión, ya digo un elenco gamberro.

Pues eso después de la charla introductoria de Eduardo, comenzamos una interesantísima visita por el cementerio, al anochecer. Que sensación más buena, ver el sol  ocultarse entre las nubes y oler,  ya,  a noches de verano.

Como digo la visita fue  muy interesante,  con un guía que lo explicaba todo. A mí  me interesaba mucho más cuando hablaba de las familias que moran en dicho lugar, que cuando hablaba de las características arquitectónicas de los panteones. Estuve en todo momento muy atento.

Me hizo mucha ilusión encontrar el panteón de Aurelio Marcos, primer jefe de mi padre y donde aprendió su oficio.

Al final de la visita, ya era comple-
tamente de noche y eso enturbio un poco la misma porque no se veía nada. También es verdad que al final me descolgué un poco del grupo y estuve de charlas y bromas con Tony, Javi y la loca de Luisa.

Tras la visita oficial, hicimos otra,  teniendo en cuenta los movimientos y el tiempo del  montaje que vamos a realizar, con lo cual, volvimos a visitar el cementerio. Pero ahí, si me encontraba muy cansado.

No acabamos,  tras esa vuelta, volvimos a hacer  otra, pero en esa yo ya decidí quedarme con María José, Luisa, Mari Angeles, Javi y otra chica más en la puerta de la capilla, estaba muerto de hambre y muy cansado.

Tras esa última visita, pues nos fuimos a casa, fue una jornada muy bonita con los compañeros, convivencia y cultura, pero excesivamente larga.

Por cierto, entre Gertru y yo  y con el consentimiento del dire, empezamos los primeros pasos, para trabajar este montaje de una forma novedosa, casi todos los compañeros estuvieron conformes  y con ganas.

Gracias Gertru por apoyarme.

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