Así fue el viaje, para la representación de la Lola en Motril, caótico.
Qué desastre, parecía que me había recorrido el mundo entero de un extremo a otro en pocas horas, pasé por todo tipo de tempe-
raturas y cambios climáticos en menos de siete horas.
Después de estar casi una semana en casa cuidándome por el
resfriado, salí sobre las doce, para ir a la Barriada de El Palo a dar clase en mi nuevo colegio.
Pues fue
salir de casa y empezar a llover, a tronar, a diluviar y caerme todo a mí. Para más "inri" esperé en una parada
con techo. Que bien, podrían hacerla sin ellos, porque el agua corría por ellos como Pedro
por su casa. Lo cual hizo que mi mochila y espalda se empaparan. Solo con
entrar al bus desde la parada me puse hecho una sopa.
Durante el trayecto, tuvimos una visita muy especial, porque
el agua, entraba y salía del bus a sus anchas, depen-
diendo de la altura que el
agua llevara en las distintas carreteras.
Empapado como una sopa llego al colegio y se aclara el día. Cuando salgo, voy con chaqueta, paraguas, chubasquero, pero el calor y sol era el rey en el ambiente.
De allí al Primack, donde con más gente que en la guerra,
compro vestuario para la Lola y de allí a la estación de bus, donde había más
gente aun.
Compro mi billete y entro en el autobús, camino a
Motril, un cielo azul, una temperatura
muy alta y un tiempo veraniego, acompaña mi viaje.
Bueno eso y una visita a Torre del Mar, donde me acuerdo de
mi José y todas las visitas que haré a ese pueblo en próximas fechas, la
empanada que me compró mi madre ,de
manera sorpresiva, para merendar, los dolores de mis labios o la nueva música
que me acompañaba.
Al entrar a Motril me llegaron muchos recuerdos de Los
Timadores, de Antonio Maldonado y de María Martin, igualmente me pasó en Almuñécar,
no recordaba mucho, pero en cuanto iba viendo sitios me venían flash y que
curioso el restaurante el Zarcillo, está justo al lado del quiosco de bocatas
donde cenamos tras representar Los Timadores en Motril.
Llegué a un Motril primaveral, y como Alba no me pudo
recoger, fui caminando tranquilamente y oyendo música hasta el local donde actuariamos. Por
cierto, me gustó Motril, pero me he quedado con las ganas de visitar la Iglesia
principal.
El Zarcillo me pareció un lugar fantástico, como un Disney
para mayores, donde cada cosa está hecha con mimo y con detalle por ejemplo; la botella
llena de bombillas que hay en una pared, la música y la colonia en el baño o
las mil y una Meninas. Esto último me hizo acordarme toda la noche de mi Anai,
porque ella es amante y coleccionista de Meninas.
Tenía muchas, pero muchas ganas de llegar y ver a Alba y
comenzar a prepararlo todo con mimo y con ilusión, pero cuando llegué me sentí
un poco perdido… No sé por qué pero todo fue muy … no sé cómo explicarlo, si ya
digo perdido.
Para que luego digan que los artistas tal y cual.
ResponderEliminarMaestro eres!!!