sábado, 23 de abril de 2016

"EL VIAJE DEL QUIJOTE" DEL JUEVES FUE UN PURO TRAMITE.



 Tramite, sí lo que leéis, la actuación del jueves 21 de abril de 2016, de Teatro Bus,  era un puro trámite. Ya estaba todo controlado, todo en orden, el Quijote, Juan,  es un monstruo y la conexión entre ambos total.

Por todo  lo dicho antes y porque  ese mismo día, por la tarde, a las 19,00 horas tenía el estreno de Lluvia Fina y tenía que llegar al conser-
vatorio María Cristina a las 17,30, cuando salgo del colegio, de dar clases,  a las 17 y eso con suerte, porque si  se retrasa una mamá  salgo más tarde,  pensando en  eso y en si era conveniente llevar el vestuario de Lluvia al teatro tras el Teatro Bus o no, todo eso,  hizo que  el pase de Don Quijote de ese día lo sintiera como  un mero trámite.

Pero como dice mi hermano, no se puede tener expectativa de nada o quizá yo puedo transformarlo y decir que no se puede  tener nada seguro.

Un inciso, sé que muchos me considerareis un hortera, pero  me he aficionado a Máster Chef.  El miércoles me enganché y lo vi entero, por tanto, me acosté más tarde de lo normal.

Esto acarreó  que me despertara bien, pero me pusiera a tontear en la cama y se me hiciera tarde… o sea, de pronto el Quijote ya no era un trámite sino una carrera contrarreloj. Pues  bien le gané al reloj y llegué a tiempo.

No así mi compi que llegó tarde, con lo cual, el trámite se complico más que los de  una boda de conveniencia, porque ya no dependía nada ni de mí, ni de él, ahora dependíamos de las retenciones para  que llegáramos o no a tiempo.

Perdí un autobús, al próximo le quedaban 20 minutos… Pero de pronto los 20 minutos se transformaron en 8.  

La verdad, que me preocupé, pero el sueño y lo poco que había dormido pudo conmigo y me quedé, lite-
ralmente, dormido en un hierro de la puerta del bus y Juan en el suelo, pero nuestro idílico sueño se rompió cuando una señora que iba a los Asperones, se puso a contarnos, a voces,  sus inquietudes sobre la parada del bus.

Íbamos tarde, la entrada a Campanillas estaba colapsada, pero aun llegamos más tarde, porque me lié y nos bajamos en una parada anterior a la nuestra… Biennnn.

Pero pese a toda la tardanza, llegamos, nos vestimos y  puntuales como un reloj estuvimos en la puerta del colegio.

Yo que llevo menos accesorios de Juan acabé de vestirme  antes que él  y de nuevo se me cerraban los ojos en los asientos del autobús, que sueño por favor ¿Cómo la gente puede madrugar a diario?, ¿Cómo  lo hacía yo  antes?

Ambos éramos zombis y como tal comenzamos el pase, ¿veis lo del puro trámite.?

Pero de nuevo fueron niños buenos, de los que oyen, atienden, juegan, se meten y disfrutan y eso te hace disfrutar a ti y meterte al cien por cien en tu trabajo.

Fue un buen pase, donde una profesora, que llevaba los pantalones rotos por las  rodillas nos dio mucho juego al decirle que era un caballero que se había caído del caballo y otro profesor que nos hizo una preciosa definición de “solidaridad”.

Nos desmelenamos mucho, porque ya lo tenemos todo tan cogido que nos dio libertad para jugar e interactuar y meter muchas morcillas, según nos sugerían los niños, me encantó.

Hicimos todo muy nuestro y lo disfrutamos mucho. Esto estuvo muy bien, porque en ese pase iba el director del colegio y se fue muy contento y felicitándonos.

Acabamos contentos felices y lo dicho no  se puede prever, porque el puro trámite, estuvo lleno de miedos, aventuras con el reloj, prisas, felicitaciones  y mucha diversión.

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